16

263 20 50
                                    


ᴡᴇʟʟ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ'ᴛ ɢᴇᴛ ᴡʜᴀᴛ ʏᴏᴜ ᴡᴀɴᴛ 

ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ɢᴇᴛ ᴍᴇ 



Pestañeé varias veces, cuestionándome si había escuchado bien la pregunta. Quizás las palabras se habían distorsionado con la música y había entendido mal. Aun así, Dexter seguía mirándome, esperando una respuesta.

—Yo... —Tragué saliva con dificultad—. No tomo drogas. Estaba... bueno... 

No tenía clara una respuesta convincente. Kilian era su camello, el que les vendía las drogas a ellos, claro que sabía quién era. Y ni siquiera había pensado que me hubiese visto hablando con él; mi mayor preocupación era que me viese vendiendo, pero no manteniendo una conversación.

—Es por Cailin, ¿verdad? —contestó ante mis intentos fallidos de explicación—. ¿Has comprado por ella? 

No esperaba una deducción como aquella y sentía curiosidad por saber cómo había llegado a pensar eso. Estaba mal dejar que Dexter tuviera esa imagen de Cailin, pero no tenía una excusa mejor y quizás no iba a importarle.

—Ahm... Sí. Ella no suele consumir, pero está pasando por algo complicado y no le vendría mal una de esas para esta noche. Puede que ni la necesite porque se lo está pasando genial. —Dejé soltar una risa nerviosa. 

—Lo sabía. Antes, cuando regresé, la vi con la vista fija en la barra y tenía una expresión preocupada e inquieta. Miré lo que la tenía tan intranquila y entonces te vi hablando con el camello. Si ella te estaba vigilando así, solo podía significar que quería asegurarse de que todo salía bien. No es la primera vez que hace eso.

—¿No? —cuestioné en un hilo de voz.

—No. Quien quiere comprar suele pagar para que lo haga otro, aunque hay quien lo hace sin importar si es visto o no. ¿No te importa que te vean comprando?

—No causo tanta expectación como una Lockwood —continué con mi pequeña mentira; odié tener que hacerlo.

—Eso es cierto. Camille también solía pedírselo a alguien. Si alguien las ve, estoy seguro de que saldría en portada de alguna revista y en bastantes tiktoks.

Pensé que la reacción de Dexter iba a ser más exagerada, que no soportaría que yo consumiera o incluso que estuviera celoso. Sin embargo, resultó que para ellos era algo dentro de lo normal comprar, y que lo verdaderamente extraño era dejarte ver en el proceso.

La noche del sábado fue muy diferente a como yo la había imaginado. Había estado decidida a dar por fin mi primer beso con el chico que me había gustado desde hacía años, pero ese momento no llegó. Ni en aquel instante antes de ser interrumpida por Cailin, ni después.

Pero a pesar de todo, no me lamentaba por ello, porque todos mis pensamientos fueron única y exclusivamente para el casi beso inesperado con Kilian. Si antes pensaba que nuestros encuentros extraños eran solo imaginaciones mías, tras ese beso, no tenía duda alguna de que aquella tensión era real. De algún modo, Kilian y yo nos atraíamos como los imanes sin si quiera planearlo. Simplemente sucedía. Al contrario de lo que me pasaba con Dexter, con quien debía planificar esos momentos y armarme de valor para realizar cualquier acción, aunque solo fuese hablar.

¿Cómo era posible que yo le atrajese a un chico como Kilian? Él parecía inalcanzable, duro como el acero, de esos que escogen con quien liarse solo por una noche si consigues llamar su atención. Y si de algo estaba segura, era de que yo no me asemejaba en nada a las chicas con las que lo había visto codearse. Entonces, ¿cómo había llegado a esa situación?

DHARMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora