ɢᴏᴛᴛ ᴡᴇɪß, ɪᴄʜ ᴡɪʟʟ ᴋᴇɪɴ ᴇɴɢᴇʟ ꜱᴇɪɴ
Ni siquiera sé cómo llegué a esa situación, juro que no. O puede que sí por lo de dar mi consentimiento y eso. Pero es que, ¿quién podía resistirse?
Estoy segura de que ninguno de los dos sabíamos explicarnos el proceso para que llegásemos a meternos mano. Ya estuviésemos viendo una película, escuchando música, cada uno a lo nuestro y separados en distancia, que de pronto, bum, sucedía. ¿Cómo terminábamos siempre uno encima del otro?
La primera vez fue una experiencia increíble, reveladora y adictiva. La segunda fue mucho mejor, me dejó tocarle a él y conseguí buenos resultados a pesar de lo que hacían mis torpes manos. Y las dos veces siguientes, en fin, explosivas. La conclusión era que no podíamos simplemente quedar para hacernos compañía, siempre sucedía algo más que acababa en gemidos y orgasmos.
Y bueno, ahí estábamos teniendo otro acercamiento más. Y por acercamiento me refería a estar echados sobre el sofá, yo de espaldas a él acostada sobre su cuerpo, con la camiseta y sujetador levantados por encima de mis pechos y los pantalones... no sé cómo terminaron descendiendo hasta mis tobillos junto con las braguitas. Por no hablar de que tenía una mano sobre una de mis tetas mientras que la otra no hacía más que torturarme en mi entrepierna.
En cuanto miraba hacia abajo y lo veía dándome placer metiéndose entre los labios de mi coño, soltaba un quejido, aumentaban mis pulsaciones y las piernas me temblaban. Claro estaba que él era muy consciente de lo que estaba provocando.
—¿Qué pasa, Euphemia? —murmuró con esa voz tan sexy sobre mi oreja, a la que le gustaba mordisquear—. ¿Por qué te estremeces tanto? —Tenía mis piernas inmovilizadas pues las suyas se habían enroscado en ellas sobre el sofá, lo cual me estaba atormentando todavía más.
—Los tatuajes —admití entre gemidos.
—¿Los tatuajes? ¿Qué pasa con ellos?
Su mano salía y entraba mientras me acariciaba, y yo solo con verla pasearse ahí me bastaba para llegar. Eché la cabeza hacía atrás cerrando los ojos por el placer que además de ahí, también realizaba su otra mano sobre mi pezón erguido para que él lo trastease. Antes de llegar a esa situación, estuvo comiéndome las tetas diez minutos seguidos, lo que me dejaba claro lo mucho que le gustaba hacerlo. Para mí siempre fue una de mis zonas más sensibles al placer por lo que estaba completamente de acuerdo en beneficiarme de su fetiche.
—¡Ah! ¿Te pone cachonda ver mi mano tatuada tocándote? ¿Es eso? —Asentí sobre su pecho varias veces sin dudarlo porque no fui capaz de decirlo con palabras. Soltó una leve carcajada socarrona antes de añadir—: Menuda caja de sorpresas estás hecha.
Sus piernas se encargaron de que me abriera aún más para tener más espacio y meter un dedo dentro de mí. No le estaba costando desde luego, estaba sumamente empapada a esas alturas, por eso quizás metió otro y ello hizo que ahogase un gemido mientras me mordía el labio inferior. Seguía retorciendo mi pezón y de vez en cuando se inclinaba para metérselo en la boca. Había pillado el punto: sus dedos me trabajaban bien en lo que el pulgar se movía frenético en mi clítoris y su respiración chocaba contra mi oreja. Todo eso en lo que yo sentía su polla dura apretándose contra mi culo. El gemido que solté poco después fue lo que le indicó que me había corrido sobre sus dedos que aun seguían metidos dentro de mi coño.
Cuando me hube recuperado, terminé de quitarme los pantalones y me subí encima de él colocando las piernas a ambos lados de sus caderas. Me incliné para besarle mientras mis manos divagaban sobre sus pantalones. Me separé y me encargué de bajarle un poco los pantalones para sacarle la polla de entre sus calzoncillos y envolverlo en mi mano. Pensé que me ayudaría como las veces anteriores, guiándome como a él le gustaba. Pero no, me dedicó una sonrisa de medio lado y se llevó las manos hacia arriba para dejarlas reposar por detrás de su cabeza.

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DHARMA
Romance«𝐏𝐞𝐧𝐬𝐚𝐫 𝐞𝐧 é𝐥 𝐞𝐬𝐭á 𝐦𝐚𝐥. 𝐍𝐨 𝐝𝐞𝐛𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐫𝐦𝐞. 𝐃𝐞𝐬𝐞𝐚𝐫𝐥𝐞 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐥𝐨 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐞𝐜𝐭𝐨.» En el lado glamuroso de Manhattan, Effie Green, una chica de clase media, se ve envuelta en el mundo de riquezas del instituto...