ꜱᴏ ɴᴇᴠᴇʀ ᴍɪɴᴅ ᴛʜᴇ ᴅᴀʀᴋɴᴇꜱꜱ, ᴡᴇ ꜱᴛɪʟʟ ᴄᴀɴ ꜰɪɴᴅ ᴀ ᴡᴀʏ
Nada parecía ir mal, estaba siendo una mañana de lo más normal de camino al instituto, incluso durante las dos primeras clases.
Hasta que comencé a notar las señales, la gente cada vez era menos discreta y todos parecían señalarme a mí. Y no fue hasta que mi teléfono comenzó a vibrar mientras guardaba mis cosas en la taquilla que no fui consciente de lo que estaba sucediendo.
Todos me miraban, cuchicheaban y se reían. Y eso fue solo al principio. Ya se metían antes conmigo, me miraban de forma altiva o me ignoraban a consciencia, y aprendí a vivir con ello. Esa era mi selva, aquella en la que aprendí a vivir. A veces cuando nada ocurría entre ellos, se inventaban rumores como que practicaba ocultismo y que le leía el futuro a la gente de la calle a cambio de dinero. O que me habían visto dormir bajo el puente de Central Park. Rumores absurdos, pero con eso se divertían. Sin embargo, lo que estaba sucediendo de alguna forma estaba siendo diferente.
Cerré la taquilla, saqué mi móvil del bolsillo de la americana y comprobé lo que me habían enviado. Resultaba que había sido etiquetada en varias redes sociales, ni siquiera era consciente de que conociesen mi usuario, pero al parecer lo habían descubierto. Me dio miedo entrar, en el fondo sabía qué era lo que me aguardaba, no podía ser otra cosa.
Aun así, fui valiente y lo abrí.
Era evidente que se trataba de ese momento. Quizás el más vergonzoso de mi vida. El vídeo estaba grabado desde una perspectiva en la que se podía ver perfectamente a Dexter liarse con esa chica y mi cara cuando Cailin me giró para que me diese cuenta de lo que ocurría a mis espaldas. Por supuesto, también cómo mi expresión cambiaba gradualmente a una de horror y angustia en su estado más puro, mirando a todas partes y comenzando a llorar. Me di la vuelta y salí corriendo de la imagen.
Quité el vídeo, no podía soportar seguir mirándome así. No era agradable verme en esas circunstancias, mucho menos cuando todo el instituto lo había visto y no dejaban de señalarme con la mirada. Les encantaba tener una excusa para burlarse de mí.
Volví a perderme una clase metida en el baño intentado recuperar mi respiración mientras pretendía dejar de llorar. Deseando poder despertarme y darme cuenta de que era una pesadilla, pero por desgracia no fue así.
Pronto llegó la hora de comer y en cuanto vi la ocasión, salí corriendo a las gradas antes de que todos salieran de sus clases. No esperé a que Cailin saliera, aunque ella ya sabía dónde encontrarme cuando se reunió conmigo dándome un fuerte abrazo que casi hizo que volviese a romperme en lágrimas. Nos sentamos en nuestro lugar de siempre y ni siquiera quise comer, se me había cortado el apetito por completo. Cailin me rodeó con un brazo y me dejó apoyar la cabeza sobre la solapas de su americana, acariciando mi brazo para así darme el calor del cariño.
—Lo siento mucho, Eff.
—No entiendo por qué lo han publicado ahora —sollozo—. Pensé que el bochorno ya era historia, pero al parecer insisten en ponérmelo todo más difícil. ¿Por qué no se limitan a ignorarme?
—Vete a saber.
—¿De verdad sus vidas son tan aburridas? Que piensan: "¿Qué hacemos hoy? ¡Molestemos a la pobretona de Effie, se lo merece por asistir a un instituto elitista siendo de clase media!" Me dan asco todos.
—¿Yo también? —dice haciendo un puchero.
—No, tú no, a ti te soporto —bromeé con lágrimas en los ojos.

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DHARMA
Romance«𝐏𝐞𝐧𝐬𝐚𝐫 𝐞𝐧 é𝐥 𝐞𝐬𝐭á 𝐦𝐚𝐥. 𝐍𝐨 𝐝𝐞𝐛𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐫𝐦𝐞. 𝐃𝐞𝐬𝐞𝐚𝐫𝐥𝐞 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐥𝐨 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐞𝐜𝐭𝐨.» En el lado glamuroso de Manhattan, Effie Green, una chica de clase media, se ve envuelta en el mundo de riquezas del instituto...