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ɪꜱ ᴛʜᴀᴛ ᴛʜᴇ ʀɪɢʜᴛ ᴛʜɪɴɢ ᴛᴏ ᴅᴏ?


Con los años nuevos siempre suelen venirse propósitos nuevos. Bien pues yo me puse algunos también. Quería completar mi diario cinéfilo y comenzar uno nuevo, superar mi récord de películas vistas en un año, graduarme con buena nota, entrar en una buena universidad, encontrar qué quería hacer con mi vida, independizarme e intentar olvidarme de Dexter Lexington para siempre.

Lástima que la gran mayoría no llegase a cumplirse.

Y sí, después de que celebráramos Nochevieja, un nuevo año entró y por ello me propuse algunos objetivos. Comencé limpiando a fondo mi habitación, tirando ropa que ya no usaría y usando el dinero que mis padres me dieron para comprarme nueva de una página web con precios asequibles. También fui a la peluquería para un retoque necesario, dejé que Cailin practicara la manicura conmigo, aprendí a hacerme el eyeliner en condiciones y conseguí superar los primeros días de la vuelta de vacaciones. Ah, y también había aprendido el bello arte de evitar encontrarme con Dexter por los pasillos y me aseguraba de llegar justa a la clase de historia para que no pudiese sentarse a mi lado. Y como predije, a la gente ya se le había olvidado el tema, o puede que tampoco hubiese sido para tanto como yo pensé que sería.

De cualquier forma, traté de hacer cambios y ser una nueva yo.

Para empezar, si veía a alguien vendiendo drogas en alguna otra fiesta, iba a mirar hacia otro lado y hacer como si no hubiera visto nada. Y gracias a Kilian, había adquirido conocimientos y cultura sobre el cine clásico, algo que antes era impensable. Bueno, él era un cambio en mí en general. Quien iba a decirme a mí que me codearía con alguien como Kilian. Absolutamente nadie.

Ese año también suponía algo importante, y es que iba a ser mayor de edad.

Mi cumpleaños llegó más pronto que tarde, el nueve de enero para ser más exactos. Cailin estaba entusiasmada con la "fiesta" que había organizado en mi honor en una discoteca. Aunque estaba convencida de que eso terminaría siendo ella y yo en un reservado bebiendo champán. Tampoco necesitaba nada más.

No es que me entusiasmaran mucho mis cumpleaños, a veces incluso se me olvidaban hasta que mi amiga me lo mencionaba. Y no esperaba que ese año fuese a ser distinto.

Estaba tumbada en mi cama viendo una película cuando llegó el mensaje de Cailin a mi teléfono, lo que significaba que habían dado las doce y mi cumpleaños quedaba oficialmente inaugurado, aunque no fue hasta la una del mediodía que llegué al mundo dieciocho años atrás.

Los mensajes que Cailin y yo nos enviábamos cada cumpleaños eran los únicos textos largos que nos dedicábamos al año, en ellos nos recordábamos por qué éramos amigas, lo mucho que nos queríamos y hacernos saber que estábamos la una para la otra durante un año más, entre otras miles de bobadas que solo nosotras entendíamos. Siempre conseguía sacarme una lagrimita, se le daba bien escribir.

Cuando terminé de mandarle una respuesta con miles de stickers y gifs incluidos, me sorprendió la vibración que el propio aparato desprendía. Entonces me fijé en la notificación entrante, era una llamada y en ella podía leer bien claro "Kilian".

«¿Me está llamando?»

Me cundió el pánico. Era la primera vez que me llamaba y por ello el corazón comenzó a acelerárseme en un estado de nervios.

Con un dedo algo inestable, le di a descolgar y me llevé el teléfono a la oreja impaciente por escuchar su voz.

—Hola —contesté para posteriormente morderme el labio inferior.

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