Prólogo.

103K 4.9K 589
                                    

Mi padre tiene un gran repertorio de sonrisas derrite-mujeres

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi padre tiene un gran repertorio de sonrisas derrite-mujeres. Él es un mujeriego, uno de esos hombres maduritos que ves por la calle y piensas «si tan solo tuviera mi edad...». Claro, con solo treinta y pocos años, pelo color cobre deslumbrante y preciosos ojos mieles, ¿quién se resistiría a él? Es casi un Edward Cullen, unas décadas arriba, unas décadas abajo.

Por eso no me extrañó la noticia de que mi padre se casaría pronto con una mujer joven como él, pocos años mayor. Mi padre nos tuvo a mi hermano y a mí de muy joven, antes incluso de haber empezado la universidad. Por eso la noticia de que se iba a casar nos hizo feliz a mi hermano y a mí: por fin nuestro padre tendría alguien con quien compartir su vida.

¿Qué cómo nacimos? Lo típico de las discotecas. Mi padre tenía diecisiete años, mi madre dieciséis, habían entrado con un carné de identidad falso. Se besaron, se besaron y se besaron hasta que... todos sabemos que ocurre, no hace falta entrar en detalles. Nueve meses después nació mi hermano, un bonito niño de cabello rubio y ojos color esmeralda. Entonces se volvieron a besar y... ya os sabéis el proceso. Nací yo. De pelo y ojos igual que mi hermano, aún no sé de dónde hemos sacado los ojos verdes.

Espero que no vengan de mi madre, esa desgraciada que nos abandonó no se merece que me parezca ni una célula a ella. Ella es una madre ejemplar, como podéis ver. Nos vio salir de su vagina y decidió que no quería nada que ver con nosotros, le dijo a mi padre que no quería hacerse cargo de dos bebés siendo tan joven y se largó.

Y ahí estaba yo, dieciséis años después, estudiando para el examen de química del día siguiente, mientras mi hermano veía un partido de fútbol americano en la televisión. Menos mal que mi padre nos llamó para hablar en ese momento, porque me estaba distrayendo con el partido. Y todos sabíamos cómo iba a acabar eso después... con un bonito suspenso adornando mi boletín de notas.

Se sentó en el sillón de orejas que se encontraba en frente de donde yo estaba acomodada, y apagó la televisión, consiguiendo dos bonitos ceños fruncidos por parte de sus encantadores hijos. Quiero decir, mi hermano y yo. Claro que de encantadores no tenemos nada. Yo nos definiría, más bien, como dos aliados ingeniosos e inteligentes.

―Chicos, debo deciros algo importante. ―La primera frase que había salido de la boca de papá no había sonado muy bien. Más bien parecía una mala noticia, al menos para Logan, mi hermano, y yo. Pero a juzgar por la gran sonrisa que adornaba su rostro, seguramente era algo que alegraba a Jared, mi padre.

―Adelante ―apremié, encogiéndome de hombros y cerrando mi pesado libro de química. Aparté un mechón rubio de mi rostro y me lo coloqué tras la oreja. Logan y yo nos acomodamos en el sofá para quedar cara a cara con nuestro padre. Él levantó su mirada, parecía feliz. Vale, algo raro está ocurriendo aquí... él normalmente luce cansado, lo que no me extraña, porque lidiar con dos adolescentes como mi hermano y yo no debe de ser fácil.

―Bueno, Dyl, Logan... vosotros sabéis que me casaré en unas semanas... ―Ambos asentimos, expectantes por lo que podía venir a continuación. Papá había encontrado a una mujer que él describía como maravillosa y había decidido casarse con ella, era algo genial. Si mi padre era feliz, yo también lo era―. Mi prometida, Christie, quiere que sus hijos y vosotros os conozcáis. Los chicos tienen la edad de Logan, y su hija es algo mayor que tú, Dyl. Estoy seguro de que os haréis amigos.

Mi hermano y yo nos miramos, interrogantes. ¿Quiénes serían? ¿Irían a Hailford High? Porque por lo que nos había contado papa, Christie venía de una familia más enriquecida que nosotros. Y los niños ricos y yo no nos solíamos llevar bien. Apostaba diez dórales a que eran unos egocéntricos insoportables.

―Así que esta noche, la señora Martin, antes la señora Evans, pronto la señora Hudson ―añadió papá con un tono de picardía. Eso solo hace que me lo imagine como un Christian Grey diez años mayor―, y sus hijos vendrán a cenar a casa.

Me quedé congelada al oír ese apellido. ¿Cuántos Evans podía haber en la ciudad? Hay mucha gente que se apellida Evans, ¿verdad? Seguro que entra en el ranking de los cien apellidos más comunes de Hailford... ¿verdad?

―Estoy seguro de que los conocéis, chicos, van al mismo instituto que vosotros. ―Me mordí el labio inferior mientras mi padre seguía hablando, totalmente ajeno al nerviosismo que cruzaba mi cabeza. Solo había unos Evans en nuestro instituto, y esos eran...—. Los chicos se llaman Noah y Connor, y la chica, Summer, ¿los conocéis?

Oh, no. No puede ser. Esto no puede estar pasándome... Summer Evans, la chica más zorra de todo Hailford, y Noah y Connor Evans, los gemelos más calientes de todo el instituto, y probablemente de toda la ciudad...

¡¿Iban a ser mis hermanastros?!

―¿Los conocéis? ―repitió. Logan y yo cruzamos una mirada significativa. Tragué saliva con dificultad―. ¿Chicos?

―Pues claro que los conocemos ―contestó mi hermano pasado un rato, mientras enarcaba una ceja―. Todo el mundo los conoce.

―Bien, así nos ahorraremos presentaciones ―dijo mi padre, sonriente, levantándose del sofá y saliendo del salón después de habernos dado una palmadita en la espalda a cada uno. Mi hermano volvió a encender la televisión y pronto se sumergió totalmente en el partido, con una pequeña sonrisita. ¿Se podía saber qué pensamiento feliz estaba pasando por su cabeza? Porque yo, desde luego, no podía dejar de pensar en un único y terrible pensamiento.

Voy a ser familia de Summer, Noah y Connor Evans. Voy a vivir bajo el mismo techo que los Evans. Voy a tener que convivir con ellos.

Ya podía asegurar una cosa por adelantado: los próximos meses no iban a ser nada fáciles. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Viviendo con los Evans © [Evans 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora