Miré enfurecida a Connor mientras pasaba la suave toalla por mis hombros. A él y a sus condenados ojos verdes. A él y a su malditamente sexy sonrisa burlona. A él y a sus marcados abdominales. A él y a sus enormes y fuertes brazos. A él y a sus p...
Ya basta, jovencita hormonada.
-¿Por qué mierda hiciste eso? -pregunté cruzándome de brazos y frunciendo el ceño.
-¡Es una fiesta en la piscina! -exclamó Connor alzando sus brazos hacia el cielo. Yo fruncí mis labios-. Por Dios, Dylan, sé un poco más divertida.
-¿Divertida? Tú no querías que bebiera, ni que bailara con chicos, ni que fuera con chicos a ninguna habitación. Y a saber que más cosas hubieras dicho si yo no te hubiera interrumpido.
-Vamos, nena. Admite que ha sido divertido.
Alcé mis cejas, incrédula.
-¿Recuerdas lo que pasó la última vez que me tiraste a una piscina? -pregunté apuntándole con mi dedo índice acusatoriamente. Él se rascó la nuca-. Eso creía. ¡Y no me llames nena!
-¿Otra vez con eso? Acepta que te encanta, nena.
Entrecerré los ojos y me incliné hacia él. Estábamos sentados en un sofá, uno al lado del otro pero guardando las distancias. Él me imitó, con ademán burlón.
-Lo odio.
-Te encanta.
Rodé los ojos y con un movimiento de la mano dejé pasar el tema, recostándome hacia atrás en el respaldo del sofá.
-De todas maneras, es mi obligación cuidarte.
-¿Qué?
Me erguí y le miré interrogante. ¡Cuidarme no era obligación de nadie! Yo podía cuidarme solita perfectamente.
-Soy tu hermano mayor, ¿recuerdas?
-Hermanastro -corregí rápidamente, colocando la toalla de forma que quedaba apoyada en mi nuca y caía por delante de mis hombros-. No hay sangre de por medio que nos una.
-Como sea -dijo él, encogiéndose de hombros-. Tu padre me matará si te pasa algo. Así que, he llegado a la conclusión de que es mejor aprovechar la fiesta junto a ti, cuidándote y así consiguiendo que tu padre no me mate.
Sonrió inocentemente cuando terminó de hablar.
-Entonces, solo me cuidas para que mi padre no te mate.
Él asintió.
-O, puede ser, quizá, en una mínima probabilidad, ¿qué me estés cuidando porque te gusto?
Connor soltó una carcajada y colocó sus brazos a lo largo del respaldo del sofá, con una sonrisa burlona decorando su rostro.
-Podría ser.
-Y lo dice tan a la ligera -suspiré recostándome en el sofá y alzando la mirada hacia el techo.
-Ya lo sabes, nena. Entonces, ¿por qué esconderlo más?
Le fulminé con la mirada y le apunté con mi dedo índice de nuevo, acusatoriamente.
-Eres idiota. ¿Por qué no se te mete en la cabeza que no me gusta que me llames nena? Los chicos tenéis un problema muy grande con eso -suspiré dramáticamente y alargué la mano hacia un botellín de cerveza que se encontraba en la mesa-. Necesito un trago.
-¿Qué crees que haces?
Connor reaccionó rápidamente, arrebatándome la cerveza de la mano y colocándola fuera de mi alcanza. Luego me miró amenazante, con esos ojos verdes que parecía que te atravesaban como dagas.
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Viviendo con los Evans © [Evans 1]
Ficção AdolescenteLA NOVELA ESTÁ EN PERIODO DE EDICIÓN. Cuando tu padre te dice que vas a tener que mudarte con la familia de su prometida, sabes que tu verano no puede empeorar. Porque, ¿qué podía ser peor que pasar un verano con dos irresistibles (y terriblemente...