016. Yo lo único que quería era ponerme la camiseta.

53.7K 2.8K 387
                                    

-Tengo que hablar contigo.

Pasé mi mirada verdosa de su mano a sus ojos oscuros, que demandaban mi atención y me miraban con algo entre pena y arrepentimiento. ¿Pero era eso verdad? ¿Estaba arrepentido? ¿O simplemente era una mentira, como los sentimientos que yo creía que tenía hacia mí? Yo le miré con enfado y sacudí mi brazo, logrando que me soltara.

-No tengo nada que hablar contigo -contesté finalmente, tras haberle estado contemplando fríamente durante un tiempo. Sin embargo, no me di la vuelta para marcharme; sería un desperdicio, porque ya sabía lo que iba a pasar a continuación. Había leído suficientes libros y había visto suficientes películas como para saber que iba a pasar. Jason me agarraría el brazo y me pediría que le perdonara. Y yo acabaría llorando. Y yo no quería llorar. Odiaba llorar con todo mi ser. Yo no era una chica débil, de esas que llorar por cualquier cosa. Yo era fuerte, o al menos intentaba dar ese aspecto; pero las personas que me conocían de verdad sabían que detrás de esa fachada de sarcasmo había un corazón blando.

-Sabes que sí, Dylan. Ambos sabemos que ha pasado y solo necesito aclararlo. Después de todo, quiero que seamos amigos.

-¿Amigos? -pregunté incrédula.

¿En serio quería que fuésemos amigos después de lo que había pasado? Había tratado de no pensar en ello durante la noche, había tratado de no pensar que habían hecho una apuesta sobre mí, sobre quién me besaba primero. Me hervía la sangre de solo recordarlo.

-Sí, amigos. Esperaba que pudiéramos serlo después de hablar contigo.

-No, ¡claro que no podemos ser amigos! Me has hecho daño justo donde más le duele a una persona, en su orgullo.

Jason soltó un resoplido y se pasó una mano por el pelo. Esperé pacientemente a que contestara. Cuando fue a abrir la boca, mi padre habló antes que él.

-¿Él es Jason?

Me giré para ver a mi padre mirándonos parpadeando perplejo. Suponía que no entendía porque estaba hablando tan exaltada, ya aún no le había contado nada sobre lo que había pasado.

-Sí, él es Jason -respondí mirando a mi padre. Me encogí de hombros-. Papá, ¿te importaría esperar en el coche? Solo será un momento, te lo prometo.

Mi padre pasó su mirada de mí a Jason, dejándola sobre él unos segundos, totalmente serio. Luego forzó una sonrisa y asintió. Se alejó de nosotros, y, cuando le vi meterse en el coche me giré hacia Jason con el semblante serio.

-¿Era tu padre?

-Lo era -asentí y me crucé de brazos-. Si no tienes nada más que decir, me voy.

-¡No! Lo siento, ¿vale? Solo quería ganar una apuesta, no pensé en tus sentimientos y fue horrible, lo sé. Solo no lo digas, ¿de acuerdo?

Suspiré por enésima vez en el día. Dios, yo solo quería que me dejaran en paz.

-De acuerdo.

-¿Al menos somos amigos?

-¿Amigos? -pregunté alucinada. ¿En serio seguía preguntándolo? -. No, claro que no somos amigos.

-Bien, vale. Entonces... adiós, supongo.

Jason se rascó la nuca y extendió una mano hacia mí para que la estrechara. La miré durante unos segundos que parecieron eternos y luego él bajó la mano lentamente.

-Adiós, Jason. Ya nos veremos.

Y me alejé de él con un movimiento de la mano, girando sobre mis tacones. Caminé hasta el coche y entré en él dando un portazo. Summer, quién estaba sentada a mi lado, sufrió un sobresalto y me miró con curiosidad.

Viviendo con los Evans © [Evans 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora