019. Connor Evans me mira el trasero descaradamente.

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DYLAN

—Y entonces me dijo que como a una hermana era como menos quería quererme. ¿Qué sentido tiene eso?

Alcé los brazos hacia el cielo y luego me dejé caer en mi cama, cubierta con las últimas sábanas que estaban sin empaquetar.

—Eso es bueno, ¿no?

Solté una risa seca y agria hacia mi amiga Bianca, que se encontraba rebuscando entre las prendas de mi armario algo que ponerme para la fiesta de Jason. Había escrito un tweet que decía que iba a ser en su piscina, así que tenía miedo de lo que iba a elegir Bianca para mí.

Ella vestía un mono de tirantes y pata corta de color blanco que dejaba sus hombros al descubierto, combinado con unas sandalias de tiras marrones y un cinturón fino del mismo color.

—¡Claro que no! Es lo peor —me lamenté enterrando mi cara entre mis manos.

—No creo que sea para tanto.

—Para ti es fácil decirlo —le espeté irguiéndome y plantándole cara, con ambas manos en los lados de mi cintura—. ¡Todo con Evan te va perfecto!

—Es que él es perfecto.

Le eché una mirada envenenada y ella cerró la boca para concentrarse en buscar mi atuendo para esta noche.

—Es que prácticamente se me declaró. ¡Ahora estoy en un maldito triángulo amoroso!

Mi amiga soltó un bufido mientras sacaba del armario un top color salmón con algunas figuritas de encaje. Bueno, no sé si eso podía considerarse un top.

—B, qué... ¿qué es eso? —pregunté temerosa, señalando la diminuta prenda de ropa.

—Es tu atuendo de esta noche —metió la mano dentro del armario y sacó unos también diminutos vaqueros cortos, sacudiéndolos delante de mis narices—. Junto con estos pantalones.

—Ah, ah, ah —negué retrocediendo un paso—. Eso no se puede considerar ropa. Y mucho menos me lo voy a poner.

—¡Venga! La fiesta es en la piscina, la gente irá en bikini.

Lo que dijo no me tranquilizó en absoluto, pero como sabía que no iba a dejar de insistir, no puse más objeciones y me vestí con la ropa que ella había elegido, con el bikini debajo en lugar de ropa interior.

Cuando me miré en el espejo, después de haber probado varias opciones con mi pelo pero al final dejándolo suelto sobre mis hombros, no me sentía yo misma. El top color salmón de tirantes acababa unos cinco centímetros por encima del pantalón, dejando así vislumbrar el ombligo y parte de mi tripa. Al menos, mi amiga me había dejado conservar mis sandalias de tiras en vez de obligarme a llevar algún calzado estrambótico.

—Estás genial. ¡Vas a enseñarle a Jason todo lo que se ha perdido!

Me giré sonriente hacia mi amiga, haciendo que la vaporosa blusa girara al compás de mi cuerpo. Bianca me mostró sus dos manos con sus pulgares apuntando hacia arriba.

—Venga, que nos estarán esperando abajo.

—¡Espera!

Paré a mi amiga agarrándola del brazo y tirando de ella hacia atrás. Ella me miró sin comprender con el ceño fruncido.

—Se supone que estoy castigada. No puedo ir a fiestas —susurré rascándome la nuca.

—Entonces... ¿nos vamos a escapar? —preguntó alzando las cejas. Cuando asentí, comenzó a dar pequeños saltos en el sitio y a aplaudir—. ¡Así es más emocionante!

Viviendo con los Evans © [Evans 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora