Starstruck | Kivi

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- ¡Kiki! - la envolvió Ruslana en un abrazo tan apretado que casi la parte en dos.

- Rus, me vas a ahogar - rio la morena, correspondiendo al abrazo y andando hacia atrás para que la DJ cruzara el umbral de su casa del todo.

- Estaba tan preocupada por ti... No he podido parar de pensar en cómo estabas ni un minuto - le dijo, cuando deshizo el abrazo y se dedicó a recorrer con sus manos su cara, buscando descifrar su estado real.

- Estoy bien - se encogió Chiara de hombros y le mostró una pequeña sonrisa-. Si solo me centro en lo bueno, te podría incluso decir que estoy mejor que nunca.

Ruslana sonrió y se tiró en el sofá de la traductora, esperando a que ella hiciera lo mismo.

- Estoy flipando con Violeta, Kiki - expresó Ruslana-. No dudó ni un segundo en ir a ayudarte. Y consiguió calmarte. Y que le contaras todo. ¿Y el selfie que me mandó? Pocas veces te he visto tan en paz...

Chiara solo asentía, completamente de acuerdo con lo que decía su mejor amiga, hasta que escuchó lo de la foto.

- ¿Qué selfie? - frunció el ceño.

- ¿No te lo ha enseñado? - alzó Ruslana las cejas, apresurándose a buscarlo en su móvil.

Chiara solo pudo poner un puchero cuando vio la foto. Sus ojos se dirigieron primero a la cara de Violeta, que sonreía con la boca y los ojos, aliviada. Pero después se fijó en ella misma, durmiendo con una expresión serena. Y aferrada al cuerpo de la cantante como si fuera un bote salvavidas. Porque lo era.

- Rus, quiero hacer que esto salga bien - dijo finalmente la traductora-. Siento que Violeta es mi persona. Me ha visto por dentro y después de hacerlo, me ha mirado igual o mejor... Nunca nadie me ha mirado así. Y yo... yo siento de todo por ella. Necesito hacerlo bien. ¿Me vas a ayudar?

Ruslana se mordió el labio, buscando las palabras adecuadas. Que en Chiara las ganas le ganaran al miedo no era habitual. Que Chiara tuviera tan claro que quería luchar por algo que le hacía bien era una completa excepción.

- Dios... No sabes cuánto tiempo llevo esperando que digas eso por una persona que realmente sí parece que vale la pena y te cuida bien. Estoy tan orgullosa de ti, Kiki. Tan tan orgullosa de que quieras ser valiente... - besó su pelo repetidas veces-. Vas a poder hacerlo bien. Y vas a ser muy feliz.

- ¿Tú crees? - la miró Chiara con cierta desconfianza.

- Sí - aseguró-. ¿Le has dicho a Violeta todo esto? ¿Que quieres que salga bien?

- Bueno, no sé si con estas palabras. Tampoco quiero crearle súper buenas expectativas por si no consigo avanzar - admitió, rodando uno de sus anillos-. Le he dejado claros mis miedos, para que sepa que puedo cagarla.

- Y eso está muy bien, pero también tienes que dejarle claras tus ganas. Violeta va a tener paciencia contigo. La conozco muy poco, pero creo que no me equivoco. Tu trabajo aquí es que mantenga la ilusión mientras tú te tomas tu tiempo en ir sanando - explicó Ruslana.

- ¿O sea que tengo que conseguir que no se canse de mí hasta que deje de cagarla? - frunció el ceño la traductora-. Eso va a ser muy difícil.

- Todavía no la has cagado desde que te has abierto a ella.

- Ya, pero eso es porque no me ha dado tiempo.

- Créeme que sí. La has invitado a tu casa. Has pasado como tres días con ella, sin apartarla en ningún momento. Y sin apenas necesitarme a mí. Has sido tú solita, siendo tú misma, my friend - apuntó su pecho con el dedo-. No solo no la has cagado todavía, si no que vas muy bien. Valóratelo.