- Me parece fatal esto. Parezco un taxi - se quejó Chiara indignada, mientras conducía de camino a su playa favorita.
La razón de su enfado estaba en los asientos de atrás, donde Violeta se había sentado a petición de Jay, dejando el sitio de copiloto vacío.
Desde que ambas habían aparecido en casa del pequeño esa misma mañana para despertarle y darle la sorpresa de pasar el día juntos, Jay había querido pegarse al máximo a la cantante.
El niño y la pelirroja se miraron cómplices ante la protesta de Chiara, que conducía con expresión fingidamente seria, que exageró ante ese silencio. Los pasajeros de los asientos de atrás no pudieron evitar soltar una sonora carcajada.
- Ah, ¿que además os reís de mí? - siguió la traductora-. ¿A que paro right now en una gasolinera y os dejo que lleguéis a la playa a pie?
- Pero bueno, ¡qué exagerada esta chófer! - picó más Violeta, guiñándole un ojo al pequeño.
- Ya te aviso que Jay a los diez minutos de caminar se cansa... - siguió amenazando la traductora.
- That's a lie! - acusó el niño-. Yo puedo caminar con Vi todo el rato que ella quiera.
- Sí, sí... - dijo con ironía-. Ya te advierto, Violeta, que ya pesa bastante y no es cómodo llevarle a caballito hasta la playa...
- Violeta, wow - destacó la pelirroja el uso de su nombre completo.
- Violeta, wow - repitió la conductora imitando su voz-. Ya que parece que he venido exclusivamente de taxista de la parejita feliz todo el viaje, no quiero que os volváis a reír de mí. Got it?
Ambos asintieron con su mejor cara de angelitos y siguieron el ratito de trayecto hablando de sus cosas.
Jay le contaba sus avances en el cole, especialmente en mates.
- ¡Muy bien, monito! - chocó los cinco con él-. ¿Ves cómo eres buenísimo? Solo hacía falta que lo entendieras bien.
- Ha sido gracias a ti, Vi.
- Eso es verdad - añadió Chiara-. Le has dado motivación extra y has hecho que crea en él.
- Pero el mérito de creer en él y mejorar es suyo - aclaró Violeta con todo el doble sentido del mundo.
- Ya, pero tú le has dado herramientas, ¿sabes? Si no hubieras intervenido, quizás seguiría sufriendo cada vez que le tocan deberes de mates... No te quites méritos, Vivi.
- Ya, pero si él no hubiera confiado, no...
- ¿Podemos jugar I spy? - intervino Jay, cansado de ese cruce de contestaciones que había dejado de entender.
- ¿A qué? - preguntó Violeta confundida.
- Al veo veo - aclaró la traductora-. Pero ya llegamos, Jay. Jugamos luego.
El niño puso una mueca de tristeza, que se le pasó una vez estuvieron en la playa. Tenían toallas, sombrilla, neverita y un set de palas de playa, en lo que los hermanos eran bastante buenos.
No faltaba nada para garantizar un día de playa perfecto.
Jay, como novio lapa de Violeta, no paraba de reclamar su atención ni un segundo.
Quería que ella le pusiera la crema, que ella se metiera al agua con él, que ella jugara con él en la arena. Que ella le contestara al "veo veo" en el que ya habían dicho todo lo que había en esa playa.
Solo reclamó a su hermana, que estaba tranquilamente tomando el sol y divirtiéndose con el panorama, cuando tocó jugar a las palas y Violeta resultó ser un completo desastre.

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Starstruck | Kivi
FanfictionNo hay nada que haga más feliz a Jay que conocer a Violetta, su artista favorita. ¿Qué pasará cuando Chiara, su hermana mayor, le ayude a cumplir su sueño?