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Chiara esperaba impacientemente a que Violeta diera señales de estar despertando.

La morena había dormido bastantes horas seguidas, pero irremediablemente se había despertado antes de que saliera el sol.

Esa vez no había huido a hacer otra cosa. Solo se había quedado mirando y acariciando ligerísimamente a la mujer que tenía al lado.

Se había quedado pensando en lo cómoda que había estado abriéndose con ella sobre un tema que le hacía arrastrar toneladas de inseguridades.

Y en cómo Violeta había reaccionado, con pocas palabras, pero conclusiones precisas que le habían dejado claro lo diferentes que eran las dos relaciones en todos los sentidos.

También se había quedado pensando en ese "amor" que la traductora solo había alcanzado a repetir, pero que se reproducía en su mente mientras la admiraba.

Fue cuando Violeta se revolvió entre las sábanas que la traductora no pudo resistirse a acelerar su despertar.

- Buenos días, amor... - le susurró Chiara, entre besos, para despertarla del todo.

Violeta sonrió ante ese apodo, que se sentía como una caricia al corazón. Realmente, no se le ocurría nada mejor para ser lo primero que escuchaba en ese día.

Chiara le hizo levantarse de la cama pronto para desayunar juntas tostadas con aguacate que había preparado mientras Violeta se daba una ducha rápida.

- ¿Está rico el desayuno, amor? - preguntó la traductora, ante lo que la pelirroja asintió mientras masticaba una tostada.

- Muy rico.

- Quizás te estás preguntando qué me pasa y por qué estoy tan contenta, amor - había dicho Chiara, con una sonrisa en los labios y su libreta rosa entre las manos.

- Sí, amor - enfatizó Violeta el apodo, sin dejar de sonreír, encantada con ese jueguecito que al parecer consistía en gastar esa nueva palabra entre las dos y sonreír mucho-. Me lo estoy preguntando.

- Pues verás, amor. Es que... Podríamos decir que ya no solo tacho tareas de una en una en mi libreta rosa, sino que mi especialidad es hacerlo de dos en dos.

Chiara puso la libreta en la mesa y, tapando lo que aún no había conseguido, empezó a tachar.

- Adiós a guardarme todo el tema de A word - dijo en voz alta mientras cubría de rayones lo correspondiente a Amy.

- Adiós a eso - acompañó Violeta, dejando un beso en su mejilla-. Gracias por confiar en mí.

- Gracias a ti por escucharme tan bien, por siempre querer entenderme. Sé que contártelo ha sido para bien. Es como poner más cemento a nuestra relación porque ahora sabes de lo que vengo... Y eso me hace sentir genial, to be honest. Soy la persona más afortunada del mundo contigo a mi lado, Vivi.

La traductora la besó y Violeta correspondió, con sus manos acariciando la espalda de la morena, hasta que ésta las separó para seguir con su cometido.

Volvió a centrar su atención en la libreta rosa y sus diez tareas de la bucket list, la mayoría ya cumplidas.

- Y adiós también a "atreverme a llamar amor a Violeta sin meterlo en esa frase" - recitó Chiara, ensanchando la sonrisa en la cara de la pelirroja-. ¿Sabes a qué frase me refiero?

- Pues claro - asintió la cantante-. A mí me encanta esa frase. Porque es verdad que tenemos las de ganar, amor.

- No sé cómo no me he atrevido a hacerlo antes. Me he desvelado esta noche y todo en lo que podía pensar era que quería que te despertaras para poder llamarte así a cada frase. Y has tardado mucho en despertarte, amor - puso un puchero que Violeta besó.

Starstruck | KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora