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Chiara abrió la puerta de su casa, con Violeta pegada a su espalda. Lo primero que se encontró fue a su madre preparada para salir.

- Hi, sweetie. Gracias por cubrirme - le dijo a modo de saludo, dándole un beso-. Y perdón por... ¿Violeta?

Emma se sorprendió enormemente al encontrarse con la pelirroja, pues su hija no la había avisado de que volvía acompañada.

- Hola, Emma. ¿Qué tal? - saludó, con una sonrisa.

- Violeta ha venido conmigo a cuidar a Jay. Estábamos juntas when you called and... - empezó Chiara a explicarse.

- It's fine. Seguro que lo pasáis genial y a Jay le hace mucha ilusión - contestó, y luego revisó la hora en su móvil-. Está en su habitación. Yo... I'm so sorry, pero me tengo que ir ya. Have fun, Violeta! 

Emma se despidió rápido con dos besos y desapareció por la puerta. Las chicas se miraron.

- Bienvenida a mi casa - le dijo Chiara, acompañando esas palabras con un pico, cuando a Violeta le salió una sonrisa con hoyuelo.

La veda del contacto físico se había abierto y era difícil resistirse.

- ¿Kiki? - escucharon la voz de Jay.

- I'm here - contestó Chiara, cambiándose de posición con Violeta para que ésta fuera lo primero que su hermano viera cuando llegara hasta ellas.

El grito de emoción que pegó el niño lo escucharon perfectamente todos los vecinos.

- ¡Violetta!

- Little monkey! - contestó con efusividad la pelirroja, extendiendo los brazos hacia él.

Violeta le cogió en volandas y dio vueltas sobre ella misma hasta que el niño le pidió que parara entre carcajadas.

- ¿Qué sorpresa te he traído, eh? - buscó su complicidad Chiara, cuando Violeta le dejó en el suelo.

- La mejor sorpresa. ¡Es increíble que estés en mi casa! ¿Cómo sabes donde vivo? - le preguntó a la cantante.

Chiara y Violeta rieron ante la duda del pequeño.

- Me lo ha chivado Kiki - le confesó Violeta en un susurro, como si fuera un secreto-. ¿Me enseñas la casa, Jay?

- Of course - el niño entrelazó su mano con la de Violeta, quién miró a la hermana mayor alzando las cejas.

Chiara supo en ese momento que Jay le iba a robar a su pelirroja. Aunque no podía negar que, si algo le derretía especialmente, era la conexión tan mágica que tenían esos dos desde que se conocieron.

Jay comenzó la visita guiada. Violeta miraba con curiosidad cada detalle, mientras el niño le explicaba con entusiasmo.

- Aquí está el living room. ¡Mira, aquí es donde jugamos a los videojuegos! - dijo señalando una consola junto a la tele.

- Wow, ¡tienes un setup increíble! - contestó Violeta, agachándose para ver más de cerca.

- Sí, Kiki y yo jugamos a veces, pero ella siempre pierde - añadió Jay con una sonrisa pícara.

- Eso no es verdad, Jay. ¡Tú solo ganas cuando haces trampa! - se defendió Chiara, divertida.

Recorrieron el resto de la casa, entrando en la habitación de los padres, luego en la de Jay, repleta de juguetes y dibujos en las paredes, y finalmente llegaron al dormitorio de Chiara. Jay corrió hacia un estante lleno de álbumes de fotos.

- ¡Mira, Violetta! Aquí están las fotos de Kiki cuando era pequeña - anunció, sacando un álbum de la estantería.

Chiara se sonrojó un poco, pero sonrió al ver la emoción en el rostro de Violeta. Jay abrió el álbum y empezó a pasar las páginas.

Starstruck | KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora