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El trayecto en taxi hasta casa de Violeta duró escasos quince minutos. Minutos en que la pelirroja rezó para que la otra no se arrepintiera.

Chiara por su parte solo podía pensar en las ganas que tenía de besarla y arrancarle ese vestido. En hacer realidad todo lo que no se había permitido imaginar, pero que sí había soñado mil veces.

Por eso, en cuanto Violeta abrió la puerta de su casa, Chiara la aprisionó contra la primera pared que encontró. Posó ambas manos en sus mejillas y, con toda la picardía del mundo, recorrió los labios de la pelirroja con su lengua, pidiendo paso.

Tras un jadeo por parte de Violeta, Chiara la besó de verdad. Mientras sus lenguas se buscaban con intensidad, las manos de la medio inglesa bajaron al cuello de la otra.

Las de Violeta se posaron en la cintura de Chiara, asegurándose de que no se apartara ni un milímetro.

Se separaron sólo lo estrictamente necesario para respirar y a Violeta le encantó notar que la mirada de Chiara estaba todavía más encendida que antes de besarse. Se mordió el labio. Y la morena decidió que ella también quería.

De nuevo se unieron en un beso apasionado. Chiara, sin soltar su agarre, empezó a caminar por el pasillo tratando de llegar a la habitación. Violeta la guio, de espaldas.

Cuando entraron al cuarto, la morena empezó a buscar la cremallera del vestido de la pelirroja, mientras le besaba el cuello.

- Kiki... ¿te puedo... preguntar una cosa? - susurró Violeta, con la voz agitada.

- ¿Qué? - la miró Chiara, prestándole toda su atención.

- ¿Estás borracha? - la traductora rio y negó con la cabeza-. ¿Estás segura de que quieres hacer esto?

Por nada del mundo quería Violeta que parara, pero menos le gustaría que siguiera sin ser consciente de la barrera física que estaban a punto de cruzar, tras tantas reticencias por su parte.

- Sí, Vivi. Estoy segura - afirmó pegada a su boca, para después besarla con más intensidad que antes, si eso era posible.

- ¿No te vas a arrepentir? - insistió Violeta.

- Shut up y ayúdame con la cremallera del fucking vestido - pidió la morena, con voz firme-. Te queda increíblemente bien, pero ahora mismo creo que es la prenda de ropa que más me ha estorbado en mi vida.

Violeta rio y colaboró para que la prenda se deslizara por su cuerpo, seguida de las manos de Chiara.

Ambas caminaron hacia la cama y Violeta quedó tumbada boca arriba. La inglesa se colocó encima y buscó su boca con desesperación, mientras recorría los costados de la pelirroja con delicadeza.

Chiara se separó lo mínimo para poder admirar el cuerpo de la otra, cubierto tan solo por un ínfimo tanga negro.

- You are so perfect - le susurró, mirándola a los ojos-. Ets preciosa.

La pelirroja sonrió al escucharla expresarse en sus dos lenguas maternas en un momento como ese, en que los instintos más primarios estaban a flor de piel.

- Tú sí que eres preciosa - contestó Violeta, tomándola de la nuca para volver a besarla.

Entre ambas, se deshicieron rápido del vestido de la morena y suspiraron al notar sus cuerpos en contacto, piel con piel, a excepción de la ropa interior.

Mientras se besaban intensamente y sus lenguas batallaban por el control, Chiara se encargó de acariciar los pechos de la cantante, libres de sujetador esa noche, y estimular sus pezones, mientras encajaba una de sus piernas contra el centro de la otra.

Starstruck | KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora