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Cuando Violeta golpeó la puerta de la habitación de Denna con los nudillos, casi se le quedó la mano en el aire de lo rápido que abrió su amiga.

- ¿Ya has terminado con Chiara por hoy?

- Sí. Soy toda tuya para el interrogatorio - abrió los brazos, en señal de quedar expuesta para ella.

- Perfecto. Porque... ¿Se puede saber por qué razón no me has contado nada sobre esta chica, si este interés repentino por el móvil lo tienes desde hace semanas? Violet, yo pensaba que nos lo contábamos todo - le dijo, con poca seriedad en su tono.

- Si no hubieras estado intercambiando saliva todo el día todos los días con Álex, igual habría tenido tiempo de darte todos los detalles - respondió Violeta, en el mismo tono.

- Somos demasiado empalagosos, ¿no? - hizo Denna una mueca de asco-. Mira que yo no soy de esas, pero esta vez...

- Esta vez estás hasta las trancas, amiga - apuntó Violeta.

- Puede ser... pero hablemos de ti. ¿Quién es Chiara?

Violeta le contó toda la historia con pelos y señales. Aunque tampoco había tanto que contar, la suya había sido una conexión difícil de poner en palabras.

- Y bueno, que en realidad nos conocemos de dos minutos en persona en calidad de artista y hermana de minifan. Y solo hemos estado hablando por mensaje. Pero me siento como muy a gusto en esas charlas. Me interesa hasta el más tonto de los detalles que me cuenta. ¿Tú ves normal que me dé tanta curiosidad? - resumió, deseando conocer la opinión de su amiga.

- A ver, es evidente que te ha llamado la atención. Y eso no tiene nada de malo. De hecho, creo que te viene bien, Vio - concluyó Denna, tras una pausa para analizar toda la información.

- ¿Me viene bien? - frunció el ceño Violeta.

- Sí, no sé. Llevamos mucho tiempo de gira, haciendo lo mismo en sitios distintos, pero idénticos a la vez... Estamos demasiado enfocados en darlo todo y estar a tope, cuando en realidad no tenemos tanto tiempo para descansar... No sé, igual Chiara es el soplo de aire fresco que ni siquiera sabías que necesitabas.

- Puede ser... - reflexionó sobre ese punto-. Cada notificación suya que me llega se siente exactamente como aire fresco, la verdad.

- ¡Qué fuerte! Violeta pillada de una fan, ¡quién te ha visto y quién te ve! - le golpeó Denna el hombro, mientras la pelirroja negaba con la cabeza.

- En primer lugar, yo no estoy pillada de nadie. Hemos cruzado dos miradas, dos sonrisas y unas cuantas conversaciones en Instagram. La mayoría sobre tonterías o sobre su hermano de seis años. Él es mi fan, no ella. Ese es otro punto importante. Chiara no es mi fan - aclaró.

- Lo que tú digas, sí... ¿Tú sabes que los niños no vienen solos a nuestros shows? Por más que al peque le encantes, es tu Chiarita la que, según relatas, compró entradas en primera fila, encima pagó Meet para nada y para colmo te pidió que fueras su novia con una pancarta. Aquí hay algo, Vio - sentenció.

- ¡Estás tergiversando los hechos, Denna! - la acusó, entre risas-. Además, la pancarta era de Jay.

- Bueno, pero hay algo en lo que me tendrás que dar la razón - se puso mínimamente seria la rubia.

- ¿En qué, a ver? - junto sus puños bajo su barbilla Violeta, que estaba estirada boca abajo en la cama king size de su amiga.

- Poca gente consigue que, precisamente tú, estés pendiente del móvil, y ya ni hablar de las redes. Y ha sido nada más y nada menos que una persona desconocida hermana de un fan. Así que un aplauso para Chiarita - aplaudió Denna sola, porque Violeta se limitó a tirarle un cojín para dar por terminada la happy hour de meterse con ella.

El sábado siguiente, Chiara salió de fiesta con sus amigas y, lo último que se esperaba al colgar una historia en la discoteca a las dos de la mañana, era una respuesta de Violeta.

"Pero bueno, qué fiestera la traductora. ¿Te atreves a pedirle una canción de mi serie al DJ?"

Violeta acababa de terminar un concierto y, aunque su cuerpo estaba exhausto, la adrenalina no le dejaba dormir. Por eso había acudido a los perfiles de Chiara en redes buscando sacar conversación. No pudo quejarse al encontrarse con las fotos que había subido la chica con un outfit de salir que le quedaba increíblemente bien.

Al escribirle mientras estaba de fiesta, la cantante corría el riesgo de que la otra ni siquiera viera su mensaje. Pero solo un rato después, se encontró con otra historia de Chiara, en la que se reconocía la sintonía principal de la serie sonando a todo volumen en la discoteca.

Violeta soltó una carcajada de incredulidad y tardó apenas minutos en contestar.

"No me lo creo. ¿Cómo lo has conseguido, Kiki?"

Mientras esperaba respuesta, Violeta se dedicó a ver de nuevo las historias de Chiara, apreciando especialmente una foto frente a un espejo. Y siguió su recorrido por las destacadas, casi de manera inconsciente. También inconsciente era la sonrisa que se había quedado implantada en sus labios.

Sonrisa que se borró rápidamente al recibir respuesta de Chiara.

"Digmos qie he sobornsdo a la DJ con unos besitps"

"Ah"

Ante esa confesión, a Violeta solo le apeteció bloquear el móvil y conciliar el sueño. De repente, la idea de Chiara de fiesta, ligeramente achispada y gritando su canción en una discoteca, ya no le parecía idílica. Por el contrario, su mente la había transformado en una escena detallada donde la chica besaba a una DJ a la que no ponía cara, pero intuía guapísima. Y por alguna razón, esa otra alternativa no le hacía ninguna gracia.

Antes de dejar el móvil, Violeta tuvo tiempo de ver una nueva historia de Chiara, en la que precisamente salía la DJ etiquetada. Ponerle cara y nombre a la chica, no ayudó en nada a Violeta. La tal DJRus era incluso más atractiva de lo que se había imaginado. Y compartían color de pelo. Además, la cantante se tuvo que aguantar las ganas de stalkearla, ya que esta tenía la cuenta privada.

El último pensamiento de Violeta antes de por fin dormirse, por mucho que intentó alejarlo, fue el beso de Chiara con una pelirroja que no era ella.

A la mañana siguiente, Chiara revisó la conversación de la noche anterior, sintiendo como la resaca arremetía contra su cabeza. Dudó en si contestar a ese escueto "Ah" por parte de Violeta, o dejarlo correr.

Pensó en que quedaría raro por su parte dar explicaciones que no venían a cuento. Violeta simplemente era una cantante preciosa, majísima e inalcanzable con la que había hablado un poco por Instagram. Para Chiara no tenía sentido darle más bombo a lo ocurrido la noche anterior. De hecho, no entendía cuál había sido su propia intención al enviarlo y se arrepentía de haber escrito ese mensaje ligeramente borracha.

Finalmente, la morena se decidió por no decir nada y, simplemente, esperar a que esa no fuera su última interacción.

Starstruck | KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora