Make You Love Me

12.[2/2] SMILE CEO

JISOO

Estoy empezando a perder toda la paciencia que tenía guardada para mi prima diabólica. Llevo esperándola aproximadamente una hora y media, pero por alguna razón desconocida, todavía no llega.

Me empiezan a doler los pies porque he estado parado frente al mostrador de recepción para que mi primo diablo no pase desapercibido.

Esta prima mía realmente sabe cómo ponerme de los nervios, y supongo que lo hace intencionalmente para estresarme muchísimo.

¿Qué era lo que le estaba tomando tanto tiempo?

De repente, la puerta giratoria reveló a mi prima diabólica. En cuanto la vi, abrí los ojos como platos y casi me quedé boquiabierta.

Mi prima diabólica sonríe ampliamente, mostrando su sonrisa gingival perfecta que dejó de mostrar hace muchos años. Actúa de manera muy extraña, no solo porque está sonriendo sino también porque le hizo una reverencia a la anciana que pasó junto a ella y saludó alegremente a sus empleados.

¡Mierda! El diablo está sonriendo.

¿Es esto el fin del mundo?

¿Ella asesinó a alguien?

—Mina, ¿ves lo que yo veo? —le pregunté a Mina mientras me cepillaba los ojos para ver si no estaba alucinando.

—Sí, señorita Kim, lo veo con claridad y estoy de acuerdo con usted en que su prima está actuando de manera extraña hoy —respondió Mina, coincidiendo con mis pensamientos.

—Entonces no estoy alucinando —dije y ella asintió.

"Me temo que no."

Lentamente giré la cabeza hacia Mina y ella también me estaba mirando. "¿Está sonriendo el diablo?"

Ella asintió: "Sí, señorita Kim".

"¿Encorvado?"

"Sí."

"¿Saludo?"

"Sí."

"¿Es el fin del mundo?" Giré la cabeza rápidamente hacia Jennie, y ella estaba actuando muy feliz.

"Tal vez."

Jadeé, "¿Está saltando como una adolescente hacia nosotros mientras sonríe?"

"Sí."

Negué con la cabeza, tratando de comprobar si estaba alucinando o no, porque era la primera vez que veía a mi primo actuar así y me estaba asustando muchísimo.

Ya no estoy seguro si fue porque apenas dormí anoche lo que me hizo tener esta alucinación o tal vez porque Jennie tuvo un accidente que la hizo actuar así.

—Mina, ¿puedes darme una bofetada? —La miré y ella me miró.

—No puedo. Podría perder mi trabajo. —Dio un paso atrás y Jennie apareció ante mí.

"¡Unnie!", me llamó Jennie alegremente y se deslizó hacia mí. Agitó la mano como una niña de siete años que vio a su madre, que la recogería de la escuela.

Agarré el abrigo de Mina y tiré de él dos veces. "Mina, ¿acabas de llamarme Unnie alegremente?"

—Sí. —Solté su abrigo cuando Jennie llegó frente a mí.

"Buenos días, Unnie y Mina", nos saludó mientras mostraba su sonrisa gingival.

—Buenos días, señorita Kim —la saludó Mina y le hizo una reverencia.

"¿Eres Jennie Kim?" Le pregunté, todavía aturdido por su actitud de hoy.

—Unnie, no me saludaste como a Mina —se quejó e hizo pucheros.