En la aldea oculta de Konoha, dos jóvenes ninjas, Boruto Uzumaki y Sarada Uchiha, se embarcan en un viaje emocional y lleno de desafíos mientras descubren un amor que desafía las tradiciones y las expectativas de sus familias.
En medio de sus deber...
La sala espeluznante estaba envuelta en una penumbra inquietante, iluminada solo por la tenue luz de las antorchas. Boruto y Mitsuki, con corazones llenos de determinación y amor, se enfrentaban a la prisión transparente que mantenía al Boruto de esta realidad atrapado y herido. La estructura flotaba en el aire, sostenida por hilos de chakra oscuro que emanaban una energía malévola.
Boruto y Mitsuki se miraron, sabiendo que debían actuar con rapidez y precisión.
- Utilicemos todo nuestro poder - dijo Boruto, su voz firme y llena de resolución - No podemos permitir que siga sufriendo.
Mitsuki asintió, sus ojos dorados brillando con una mezcla de amor y desesperación. - Lo liberaremos, Boruto. Juntos lo haremos.
Con un grito de batalla, Boruto activó su Jogan en el ojo derecho, el iris brillando con una luz azul celestial. Su Karma celeste se extendió por su brazo, emanando una energía poderosa y antigua. Mitsuki, a su lado, invocó su propio poder, su cuerpo rodeado de una aura dorada y etérea.
Las energías combinadas de Boruto y Mitsuki se lanzaron hacia la prisión, chocando contra la barrera con una fuerza devastadora. Las luces y sombras se entrelazaron en un espectáculo de poder puro, creando un torbellino de colores y formas que iluminaban la sala. Los hilos de chakra oscuro se resistieron, pero poco a poco comenzaron a ceder ante la implacable fuerza de su ataque.
La prisión crujió y se estremeció, las grietas extendiéndose por su superficie como telarañas de cristal. Con un último esfuerzo, Boruto y Mitsuki desataron una ola de energía que rompió la barrera, destrozándola en mil pedazos. Los hilos oscuros se desintegraron, liberando al Boruto prisionero que cayó en los brazos de su amado Mitsuki.
Mitsuki lo abrazó con intenso amor, su corazón latiendo desbocado. - Boruto - susurró, su voz llena de dolor y desesperación - Mi amado sol, te he encontrado.
El cuerpo del Boruto de esta realidad estaba gravemente herido, sus respiraciones eran débiles y entrecortadas. Mitsuki, con lágrimas en los ojos, sabía que su sol corría un peligro mortal.
- No resistirá el trayecto al hospital de Konoha - pensó con angustia - Y no podemos confiar en el consejo para que lo atiendan.
Boruto, sintiendo la urgencia del momento, activó nuevamente su Jogan y su Karma celeste, combinando sus poderes en un intento desesperado por salvar a su contraparte. Las energías azules y doradas se entrelazaron en un baile de luz, rodeando el cuerpo herido del Boruto prisionero.
El momento estaba cargado de tensión, las luces y sombras fusionándose en un espectáculo deslumbrante. Boruto concentró todo su poder, canalizando la energía Ootsutsuki para sellar las múltiples heridas y reconstruir los órganos dañados. Cada trazo de luz cicatrizaba la piel, cada pulsación de energía restauraba la vida en su cuerpo.
Las heridas comenzaron a cerrarse, las cicatrices desapareciendo bajo la luz curativa. Los órganos dañados se regeneraron, la respiración del Boruto herido se normalizó. Poco a poco, su color volvió a sus mejillas, y su cuerpo se llenó de una nueva vitalidad.
Mitsuki, observando con lágrimas en los ojos, sintió una ola de alivio y gratitud.
- Gracias, Boruto - susurró, su voz temblando de emoción -Gracias por salvarlo.
Finalmente, el Boruto de esta realidad abrió los ojos, sus pupilas ajustándose a la luz. Sus respiraciones eran profundas y regulares, su cuerpo lleno de una nueva fuerza. Al ver a su contraparte y a Mitsuki, una sonrisa se dibujó en su rostro.
- Mitsuki... - murmuró, su voz débil pero llena de amor - Lo logramos - Mitsuki lo abrazó con fuerza, sus lágrimas cayendo libremente - Nunca te dejaría solo en este mundo, Mitsuki - dijo Boruto, su voz llena de una promesa eterna.
- Te he encontrado y siempre estaré contigo mi sol.
El reencuentro amoroso entre Mitsuki y su amado sol fue un momento de pura felicidad. Se abrazaron y lloraron de alegría, sabiendo que habían superado la oscuridad juntos. El Boruto de la otra realidad observó la escena con una sonrisa dibujada en su rostro, sintiendo una conexión profunda con su contraparte.
Mientras los observaba, su mente se llenó de pensamientos sobre su reencuentro con Sarada.
"Pronto, también me reuniré con ella," pensó, su corazón lleno de esperanza.
Pero el momento de paz fue interrumpido cuando dos figuras poderosas hechas de chakra oscuro aparecieron ante ellos. Las sombras se alzaron como titanes, sus ojos brillando con una malevolencia fría. Estas figuras habían sido creadas por los miembros del consejo para evitar que el prisionero escapara o que alguien lo liberara.
- ¡Cuidado!- gritó Boruto, poniéndose en guardia. Sabía que la verdadera batalla apenas comenzaba, pero con Mitsuki y su contraparte a su lado, estaba listo para enfrentar cualquier desafío.
Las sombras avanzaron, y Boruto se preparó para luchar, sabiendo que la luz del amor y la esperanza era más poderosa que cualquier oscuridad.
La batalla por la libertad y la justicia continuaba, y Boruto, con su determinación renovada, estaba listo para enfrentarla con todo su ser.
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