En la aldea oculta de Konoha, dos jóvenes ninjas, Boruto Uzumaki y Sarada Uchiha, se embarcan en un viaje emocional y lleno de desafíos mientras descubren un amor que desafía las tradiciones y las expectativas de sus familias.
En medio de sus deber...
La noche se asentó sobre Konoha como un manto sereno, pero Naruto no podía encontrar descanso. Desde la charla con Sasuke y Shikamaru, su mente no había dejado de girar en torno a su hijo.
Sabía que Boruto le estaba ocultando algo. Sabía que esa última misión no había sido solo un rescate. Sabía que algo, o alguien, estaba acechándolo. Y como padre... no podía ignorarlo. Esa noche, se sentó en el porche de la casa Uzumaki, esperando.
Y cuando Boruto salió al jardín trasero, aún con la sonrisa de su reciente felicidad en el rostro, Naruto supo que era el momento.
Hablar Como Padre, No Como Hokage
Boruto se detuvo al ver a su padre sentado en el escalón del porche, con la mirada perdida en el cielo estrellado. Naruto dio una palmada en el espacio a su lado.
- Ven, Boruto
El rubio se encogió de hombros y se sentó junto a él. El silencio fue cómodo al principio. Pero Naruto no iba a dejar pasar la oportunidad.
- ¿Cómo te sientes últimamente?
Boruto giró el rostro sorprendido. Naruto no preguntaba eso a menudo.
- Bien, supongo - Dijo con una ligera sonrisa.
Naruto asintió lentamente.
- Es bueno verte sonreír de nuevo.
Boruto bajó la mirada.
- Sí... últimamente las cosas han mejorado.
El Hokage sonrió, pero su tono cambió a uno más serio.
- ¿Qué pasó en esa misión, Boruto?
El silencio se volvió espeso. Boruto se tensó.
- Ya lo puse en el informe.
Naruto suspiró y negó con la cabeza.
- No hablo como Hokage.
Boruto frunció el ceño, sin entender al principio. Entonces Naruto lo miró con una ternura infinita.
- Hablo como tu padre.
El corazón de Boruto dio un vuelco.
- Dime la verdad, hijo.
Boruto sintió la garganta cerrarse.
Quería hablar. Quería decirlo todo. Pero... ¿y si no le creía? Entonces, Naruto puso una mano en su cabeza, despeinándolo con suavidad.
- No importa lo que sea, Boruto.
Su voz era cálida, segura, inquebrantable.
- Siempre estaré aquí para escucharte.
Los ojos de Boruto se llenaron de emoción. Por primera vez en mucho tiempo... se sintió realmente visto. Suspiró y comenzó a hablar.
Le contó sobre la presencia. Sobre la oscuridad que intentó arrastrarlo. Sobre lo que le susurró, lo que trató de hacerle creer. Y cuando terminó, miró a su padre, esperando su reacción.
Naruto lo escuchó en completo silencio. Pero no había incredulidad en su mirada. Solo preocupación. Solo amor.
Solo la promesa de un padre que protegería a su hijo, sin importar qué. Y con un suspiro profundo, Naruto colocó una mano sobre el hombro de Boruto.
- Eres fuerte, Boruto.
Boruto se quedó sin palabras.
- Pero no tienes que enfrentar esto solo.
Naruto se inclinó un poco más, con una sonrisa suave.
- Sabes que no permitiré que nada te haga daño, ¿verdad?
Boruto asintió, sintiendo el calor de esas palabras envolverlo como un escudo. No estaba solo.
La Sombra que Acecha
En algún lugar más allá de los muros de Konoha, la oscuridad crecía.
Un manto de sombras se retorcía en los bosques cercanos, expandiéndose en ondas invisibles. Nadie en la aldea lo notaba todavía. Pero la amenaza se acercaba. Aquella presencia... aún no había terminado con Boruto.
- Pronto...
El susurro se desvaneció en la brisa. La aldea seguía en calma. Pero no por mucho tiempo.
El Resplandor de una Familia
A la mañana siguiente, Boruto despertó con una sensación diferente. Por primera vez en mucho tiempo, su corazón se sentía ligero. Su familia estaba con él.
Durante el desayuno, Kawaki hizo comentarios sarcásticos sobre su entrenamiento, Hinata reía dulcemente, y Naruto participaba en la conversación en lugar de salir corriendo a la Torre Hokage.
Era un momento simple...
Pero para Boruto, significaba todo. Se permitió reír, disfrutar, sentir que realmente pertenecía a ese hogar.
No había soledad. No había sombras. Solo la luz de la familia.
Pero... la pregunta seguía ahí ¿Cuánto tiempo duraría la paz? Boruto no lo sabía.
Pero por ahora... por ahora, solo quería disfrutarlo. Y si la oscuridad regresaba...Él estaría listo para enfrentarla.
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