capitulo 32

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Sara no era aficionada de los locales de comida rápida. Siempre intentaba que su familia se alimentara de comida casera, ya sea en la hacienda, o en alguno de los restaurantes de su confianza, en especial cuando se trataba de Gaby. Pero cuando vio el brillo en los ojos de sus hijos admirando el gran y llamativo logotipo en color rojo, azul y amarillo de la cadena de comida rapida, no pudo negarse a caminar junto a ellos hacia el establecimiento.

Habían pasado la mañana buscando un atuendo para que Felipe luciese en la cena familiar que habían organizado para esa noche, y luego de pasarse la mañana comprando los dos pequeños de cinco años estaban hambrientos.

El patio de comidas del nuevo centro comercial estaba lleno de locales del mismo estilo. Aunque no fuese su tipo de comida favorita, no podría negarle a sus hijos la oportunidad de comer allí al menos un dia.

—Sabes hacia donde te estás dirigiendo, ¿No? —Preguntó Franco extrañado alcanzandola—

—Es solo por hoy, mira esas caritas –Sonrió Sara mirando a sus dos hijos caminando delante de ellos—

Franco sonrió. Él, con su eterna personalidad de niño de cinco años, amaba ese lugar al igual que Gaby, pero Sara nunca les permitía ingresar al lugar y siempre debian hacerlo a escondidas. Estaba listo para sacar una fotografia de Sara Elizondo comiendose un grasoso combo de Burger King, sin duda era algo que no volvería a repetirse.

—¡Sonic! —Gritó Gaby pegando su rostro a la vitrina de acrílico en la entrada del local— ¡Papi, quiero ese!

Gaby señaló muy animada la figura de plástico de su erizo favorito, a diferencia de cualquier niña que elegiría la figura de Amy Rose, Gaby Reyes era fanatica del animalito azul, tanto que su tia le había hecho un traje especial cuando su papá consiguió entradas para llevarla a ver el estreno de la película.

Franco se acercó a Gaby y a Felipe, quien admiraba la vitrina sin emitir palabra, se agachó al lado de su hijo, para quedar a la altura de ambos. Sara al igual que su esposo notó que Felipe no tenia ni la más palida idea de que se trataban aquellos juguetes, y que deberían explicarselo.

—Gab —Habló Sara llegando junto a su hija— ¿Por qué no vamos a hacer la fila mientras papá y Feli escogen?

Gaby asintió emocionada. Tomó la mano de su mamá y prácticamente la arrastró hacia el final de la enorme fila del local. Sara maldijo en su interior al ver la cantidad de gente que tenían frente a ellas, demorarian al menos media hora en tener su comida en la mesa.

"Y a esto le llaman comida rápida" Pensó.

—Feli, ¿tienes idea de quienes son? —Preguntó Franco colocando la mano en el hombro de su niño—

Él pequeño apartó la vista de los juguetes y volteó para mirar a su papá, negando de inmediato con la cabeza. Franco sonrió con algo de tristeza, y se puso de pie para acercarse junto a su hijo a la vitrina.

—Son personajes de la película favorita de Gaby, vienen de regalo con la comida y puedes elegir cualquier juguete que quieras

—¿El que yo quiera? —Preguntó—

—Si, elige el que más te llame la atención y lo pediremos. Más tarde podemos mirar la película, si quieres

Su hijo asintió con una pequeña sonrisa, y de manera muy timida, acercó su pequeña manita a la vitrina para señalar el muñeco amarillo.

—¿Te gusta ese? —Su hijo asintió— Bien, pues vamos a buscar a mamá y Gaby a la fila

Franco alzó a su hijo en brazos, abrazandolo con dulzura mientras caminaban hacia la fila donde Sara y Gaby ya estaban formadas. Al llegar, dejó a su hijo en el suelo. Gaby de inmediato comenzó a contarle de las aventuras de su personaje favorito, su hermano, en silencio, intentaba entender toda la historia que su hermana le relataba

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora