Cacería [Kookv]

08

El chico que había recibido el disparo era Jisung, fue todo tan rápido que solo se dio cuenta cuando la munición había llegado a su muslo.

¿En qué momento los habían encontrado? ¿por qué no estuvieron más pendientes? ¿Lograrán sobrevivir? Son algunas de las preguntas que rondan en la mente de los dos amigos.

Hoseok apenas escuchó el disparo paró inmediatamente viendo a su amigo tocándose la herida.

Decidió pasar el brazo de Jisung por sus hombros y ponerse en marcha. Debía sacar a su amigo de aquel lugar, y a pesar de estar aterrado tenía que ser fuerte por ambos.

Momentos antes no se escuchaba ningún sonido pero ahora es todo lo contrario, se escuchan los rápidos pasos del asesino que va por ellos.

La poca luz que brinda la luna no es suficiente para ver por donde corren, tanto así que Jisung tropieza con una raíz pero Hobi reacciona tan rápido que lo vuelve a parar, el peliblanco solo piensa en que debe cuidar de su amigo, es su único compañero en estos momentos y necesita sentir que tiene a alguien con él.

En cambio el cazador tiene otros planes, detuvo su andar nuevamente para levantar su rifle enfocando su mira y disparando de forma rápida antes que se alejen más.

El disparo llega directo en el brazo derecho de Hoseok, pero la bala no penetró el brazo sino que sólo lo rozó. Y el peliblanco solo se quejó por el ardor que provocó aquel roce, continuando así con su carrera.

A la distancia el francotirador se enfurece al ver que sólo por centímetros falló su tiro. Eso casi nunca pasa, tal vez aquel chico por esta vez tuvo suerte.

Y mientras él bajaba el arma y lo acomodaba en su espalda, la pareja de amigos desaparece otra vez entre la oscuridad.

Comienza a perseguirlos para no perder su rastro.

La distancia que han tomado otra vez de aquel asesino podría ser una breve oportunidad para escapar, aunque es algo complicado viendo la situación en la que se encuentra Jisung, a pesar del dolor que siente continúa corriendo para brindar compañía a su amigo Hoseok, pero sabe perfectamente que sus fuerzas no durarán mucho y será solo una carga para el peliblanco.

—Hobi, debemos parar— pide Jisung.

—No, tenemos que seguir, yo te cargo— dice con voz desesperada el peliblanco.

—Sabes bien que no me puedes, y además tengo una pierna herida, no puedo continuar— habla con voz más baja.

—Sí, si puedes, no te voy a dejar— comienzan a cristalizarse sus ojos.

—Escúchame Hobi— susurra sujetando la cara contraria —tienes que correr lo más rápido que puedas sin mirar atrás.

—No, no, no lo haré, no te dejaré solo— y una lágrima resbala por su mejilla.

—Si lo harás, recuerda cuando dije que te protegería, pues ahora quiero hacerlo– menciona Jisung.

—No es necesario.

—En este caso si que lo es, al menos uno debería salvarse y ese serás tú— queda en silencio un instante —pero prometo que yo también correré y si logro escapar intentaré encontrarte.

—Pero no es justo, no tienes por qué cuidarme— dice Hoseok esta vez llorando.

—Si tengo que, eres mi amigo— lo abraza fuerte —ahora corre como te dije, no mires atrás sin importar nada, yo estaré bien.

—Está bien— seca sus lágrimas —prométeme que tú igual huirás.

—Lo prometo.

Y terminada aquella promesa, Hoseok comienza a correr hacia la izquierda pasando entre montones de arbustos, saltando obstáculos como troncos o piedras, él debía correr como le prometió a su amigo.