Cacería [Kookv]

09

Ya estaba amaneciendo, quizás serían las 5:30 de la mañana o tal vez más, no lo sabía; Jungkook era quien veía cómo comenzaba a entrar la luz del día a través de pequeños hoyos del árbol que había servido de refugio.

Miró su hombro izquierdo encontrándose con el cabello de Taehyung, el joven a mitad de noche se había acurrucado al lado de él, usando su hombro de almohada y ¿Quién era él para impedirlo? Así que ahora se encontraba contemplando en cómo el cabello rizado del joven cae por su frente, esas pestañas largas que se notan más al tener los ojos cerrados, en cómo tiene su boca media abierta, simplemente hermoso.

Y al lado de Taehyung se encontraba Jimin igualmente dormido.

Al menos ellos habían podido dormir después de todo lo que pasó, en cambio Jungkook solo pudo dormir media hora en toda la noche.

No dejaba de pensar en sus amigos, estuvo toda la noche pensando en ello, y mucho más cuando escuchó disparos.

Ellos estaban muy lejos del lugar en que fue producido el disparo, pero al estar en un ambiente como el bosque sin ruido más que el viento, provocó que el sonido se expandiera haciendo eco en aquella montaña.

Fueron dos disparos ¿y si les disparó a los dos? ¿Habrán logrado huir? Jeon pensaba sobre eso pero luego se ponía a pensar en cómo van a huir ellos de ese bosque, tal vez se preocupa por sus amigos pero también está preocupado por su propia vida y por la vida de esos dos jóvenes que lo acompañan.

Al menos lograron sobrevivir la noche.

Apoya su cabeza en la madera del tronco y cierra sus ojos, estaba comenzando a sentir sueño, quizás unos quince minutos le servirían y así es como se quedó dormido inmediatamente.

Entre medio de unos arbustos grandes y abundantes se encontraba el cuerpo de un joven, era Hoseok quien estaba muy acurrucado y dormido.

Había tenido una noche difícil, luego de correr por varios minutos su cuerpo pedía que se detuviera, ya no podía continuar más.

Tenía que encontrar un refugio que lo ocultara de aquel cazador.

Así es como en medio de la noche olvidó cualquier fobia a los insectos o arácnidos, encontrando aquellos arbustos y utilizándolos como refugio, apenas estuvo dentro del lugar se acomodó de la mejor forma que pudo y cayó dormido.

Ahora la luz del día traspasaban las ramas, alumbrando su rostro provocando que abriera sus ojos lentamente.

Se incorporó quedando sentado, refregando sus ojos y bostezando a las vez.

Una parte de él está feliz por haber sobrevivido la noche, la otra está preocupada por lo que viene ahora, tiene que seguir huyendo y ahora con la luz del día debe encontrar el camino correcto.

Una vez que sale del escondite estira completamente su cuerpo para activar sus músculos, las piernas las tiene delicadas por el esfuerzo de ayer, pero debe ignorarlo.