Cacería [Kookv]

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El día se había cubierto con un cielo gris y denso, el ambiente perfecto para una cacería. Los dos hermanos, inmersos en su propia oscuridad, decidieron salir juntos. Hacía tiempo que no realizaban un trabajo en equipo, y hoy, finalmente, era el día en que la emoción de la caza los invadiría de nuevo.

Con tranquilidad, prepararon todo lo necesario. Todo estaba cuidadosamente empacado, sus herramientas afiladas y listas para ser usadas. Subieron al pequeño automóvil, silenciosos, como si todo fuera parte de una coreografía predestinada. Esta vez su destino estaba más allá de la montaña, un lugar lejano pero que valía la pena, pues siempre había turistas por esa zona. La presa ideal.

Se dirigían a un sitio pintoresco, una cantera abandonada, testigo de la explotación minera de antaño. Sin embargo, el paso del tiempo había convertido el lugar en un paraíso natural, una laguna de aguas esmeralda que contrastaba hermosamente con el entorno selvático. Los árboles formaban un muro que rodeaba el agua como si la naturaleza misma protegiera su belleza. Muchos se acercaban solo para admirar aquel paisaje intacto, buscando recordar su magia en fotos que nunca lograrían capturar la esencia de lo que veían.

Para los hermanos, sin embargo, ese lugar era solo un campo de caza. Ya lo conocían bien, y la experiencia les había enseñado que siempre habría algo o alguien por allí para ser cazado.

El trayecto fue en total silencio. No necesitaban palabras; compartían una afición tan profunda que no hacía falta planear nada. Cada uno sabía perfectamente qué hacer, cómo moverse, cuándo atacar. Estaban sincronizados.

Tras un largo viaje, llegaron temprano para asegurar que el lugar estuviera vacío, pero al acercarse, la visión de dos carpas los sorprendió. Parecía que había personas acampando. A lo lejos, un vehículo estaba estacionado, lo que sugería que todo el grupo podría estar allí.

Sin alterar su calma, los hermanos estacionaron su coche de manera discreta, se bajaron con sus pertenencias y se dirigieron rápidamente a tomar posiciones, como sombras en la penumbra de los árboles. La espera comenzó. A veces, la caza requería paciencia, y ellos eran expertos en la espera. No importaba si tenían que aguardar minutos o horas; siempre sabían que la recompensa llegaría.

Media hora después, la calma se rompió. Los turistas comenzaron a moverse. De una de las carpas emergió un joven, estirando su cuerpo mientras contemplaba la vasta vista. Poco después, una chica bajita salió, seguida por otro joven. Todos comenzaban a desarmar su campamento, guardando sus pertenencias en sus mochilas.

Fue el momento perfecto.

Taehyung, desde su escondite, levantó una mano con una señal sutil, un gesto que Yoongi reconoció al instante. La caza estaba por comenzar. Yoongi, sin vacilar, tomó su arco. Con una precisión mortal, tensó la cuerda y disparó una flecha que atravesó la cabeza de la chica. El impacto fue instantáneo; la joven cayó al suelo, su cuerpo sin vida antes de tocar el suelo.

Un silencio mortal se apoderó del aire, y los dos jóvenes sobrevivientes miraron a su alrededor, aterrados. Buscaban a los culpables, pero no había rastro de ellos. La espesura el bosque parecía devorarlo todo, ocultando la amenaza.

Fue entonces cuando, desde los arbustos, surgió Yoongi. Su rostro estaba serio, imperturbable, como el cazador que no muestra emoción ante su presa. Pero de entre las sombras apareció Taehyung, y su sonrisa, distorsionada por la maldad, hacía que cualquier resto de esperanza se desvaneciera. Esa sonrisa era el verdadero terror, la que helaba la sangre de sus víctimas.

Los dos hermanos se acercaron, y el miedo de los turistas creció, pues sabían que ahora era imposible escapar de la muerte.

Probablemente, los dos chicos estaban completamente atónitos al ver a su compañera caer muerta, pero reaccionaron con rapidez. Apenas vieron a los dos desconocidos emergiendo de la vegetación, su instinto de supervivencia los impulsó a correr en direcciones opuestas. Era exactamente lo que los hermanos querían. Sin perder un segundo, ambos se lanzaron tras sus respectivas presas.