Jungkook se sentía sorprendentemente tranquilo en aquella casa. El miedo que lo había acompañado desde su llegada parecía haberse desvanecido, como si algo dentro de él hubiera cambiado de forma irreversible. Sabía que lo último que había hecho en el sótano, aquella brutalidad, era moralmente incorrecto, pero se repetía una y otra vez que lo hizo por Taehyung... por protegerlo.
Sin embargo, una parte de él lo contradecía con dureza. Esa voz interna, fría y lógica, le recordaba que Taehyung sabía defenderse por sí solo, que no necesitaba a un salvador. Y aun así, Jungkook no podía evitarlo; desde que estaba junto a él, había desarrollado un impulso feroz, casi animal, de protegerlo, de mantenerlo a salvo... de tenerlo solo para él.
Quizás ya se había resignado a no salir nunca más de ese lugar. Tal vez pasaría el resto de su vida allí, al lado de Taehyung, enfrentando día tras día la muerte, la sangre, la oscuridad. Pero si era con él, si podía verlo feliz, si podía tenerlo cerca... entonces Jeon podía aceptarlo.
Esa idea lo acompañaba mientras bajaba con calma a la planta principal. Cada rincón de la casa comenzaba a resultarle familiar. Ya no era solo un lugar de encierro; poco a poco, lo sentía como propio. En la cocina se sirvió un vaso de jugo, mientras Taehyung se encontraba en la ducha, sumido en su rutina. Abajo, todo estaba en absoluto silencio. Yoongi permanecía con Jimin en la habitación, y no se escuchaba más que el leve zumbido del refrigerador.
Jungkook dio un sorbo y se dispuso a regresar al segundo piso, pero al llegar al umbral del pasillo, algo lo detuvo. Su mirada se posó en la puerta principal.
Estaba ahí. Sólida. Callada. Y aún así, lo llamaba como un susurro.
¿Estaría abierta? ¿Y si lo estaba... qué haría?
No lo sabía. O tal vez sí, pero no quería admitirlo. Aquella puerta era una tentación viva. La posibilidad de salir estaba justo frente a él, y aunque se decía que no quería irse, que estaba bien con Taehyung... su cuerpo ya se había adelantado. Sin pensarlo, su mano rozaba la perilla. Y entonces, sin resistencia, esta giró.
La puerta estaba sin llave.
La abrió muy despacio, como si temiera que la realidad se esfumara si hacía el más mínimo ruido. La luz del exterior lo cegó por un segundo. El verde de los árboles, la danza suave de las hojas con la brisa, el sol acariciando su piel... todo eso golpeó sus sentidos con una intensidad abrumadora.
Era libertad.
Y, sin darse cuenta, ya estaba afuera.
Una pequeña chispa de lucidez le gritaba que corriera. Que ese era el momento. El único.
Así que lo hizo.
Pasó junto al pequeño vehículo sin mirarlo siquiera, sus pies llevándolo por el estrecho camino por donde alguna vez había llegado. No sabía a dónde lo llevaría, pero no importaba. Solo sabía que tenía que alejarse. De la casa. De la oscuridad. De sí mismo.
Corrió sin mirar atrás.
Mientras tanto, arriba, Taehyung aún se encontraba en la ducha, ajeno a todo. Se tomó su tiempo, como siempre. El agua caliente recorría su cuerpo con suavidad, después aplicó crema con calma sobre su piel, y luego se vistió sin apuro. Nada parecía fuera de lugar.
Pero al salir del baño, algo lo desconcertó.
La cama estaba vacía.

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Cacería [Kookv]
Mystère / ThrillerUn día, un joven de cabello azabache decide hacer trekking con su grupo de amigos, aventurándose en un bosque desconocido. En el camino, se cruzan con dos jóvenes que también se dirigen hacia allí. Pero lo que nadie sabe es que, una vez que pones un...