Yoongi no había salido a cazar ese día. En lugar de ello, había preferido quedarse en casa y pasar tiempo con su pelirosa. Estaban en la habitación, tirados sobre la cama, envueltos en la calma del momento. Jimin descansaba sobre el cuerpo de su novio, recibiendo pequeñas caricias que se deslizaban suavemente por su espalda.
Su relación, poco a poco, volvía a ser como antes. Se demostraban afecto siempre que podían, con ternura y pasión. Yoongi había tomado la decisión de mantener a su chico al margen de sus cacerías; desde hace un tiempo, realizaba todo sin contarle detalles. Quizá Jimin escuchaba los gritos a la distancia... pero ya no podía hacer nada con eso.
No quería que su amor viera cuerpos sin vida, ni que presenciara una tortura. Bastante había tenido con aquella vez en el bosque, cuando lo vio matar a su amigo. No necesitaba ver su peor lado. Por eso, prefería mantenerlo al margen... lo más lejos posible de esa oscuridad.
Ahora, en medio del cuarto, compartían un cómodo silencio. Jimin podía oír el corazón de su novio, rítmico y tranquilizador, al tener la cabeza apoyada en su pecho. Ese sonido lo calmaba. Y junto a sus respiraciones, era lo único que se escuchaba en la habitación.
—Yoongi —fue el pelirosa quien rompió el silencio primero.
—Dígame, algodoncito —respondió el mayor, sin dejar de acariciarlo.
—Quería pedirte algo... —se detuvo un momento, pensando bien sus palabras. Internamente rogaba que su novio aceptara— ¿Sería posible que me dejaras hablar con Jungkook? —preguntó con cierta inseguridad en la voz.
Yoongi guardó silencio unos segundos, meditando la petición. Él, personalmente, no tenía problema alguno. Aunque, para ser sincero, la última vez sí había sentido cierto... fastidio. Celos. Pero debía confiar en su novio.
—Por mi parte, no hay inconveniente —respondió, soltando un leve suspiro— El problema es mi hermano. Ya sabes que no le gusta que nadie entre a su habitación.
—Pero... podría hablar con Jungkook aquí abajo —sugirió Jimin, intentando encontrar una solución.
Yoongi soltó una pequeña risa.
—A ver, creo que no me expliqué bien. En realidad, mi hermano es quien manda sobre Jeon. Y no le gusta que se metan con lo que considera suyo. En este caso, él no va a permitir que lo veas. A mí ni siquiera me deja acercarme.
Jimin levantó la cabeza para mirarlo directamente a los ojos. Frunció los labios en un pequeño puchero.
—¿No hay otra forma? Es que tengo muchas ganas de hablar con él... lo extraño. Tú eres la única persona con la que he tenido contacto este último tiempo, y me gustaría saber cómo está Jungkook.
Yoongi, que pocas veces sonreía, dejó ver su particular sonrisa gingival. Una que solo Jimin parecía saber sacar.
—Mi algodoncito se comporta como un niño —dijo con ternura, mientras pensaba en una alternativa— Lo único que puedo hacer es distraer a Taehyung. Tendrías, como máximo, unos treinta minutos para hablar con tu amigo. No más. Y con suerte, la puerta de su habitación estará sin llave... si no, habrás perdido tu oportunidad.
—¿En serio harías eso por mí? —preguntó Jimin, iluminado por la esperanza.
—Sí. Y haría mucho más —respondió, acercándose para besarle los labios con dulzura— Pero con una condición, no quiero que Jeon te toque demasiado. Eso no me gusta —agregó, frunciendo el ceño.
—Acepto. Y no tienes que preocuparte por eso, porque él es solo mi amigo.
Park, radiante de felicidad, llenó el rostro de su novio con besos agradecidos. El gesto de Yoongi lo había tomado por sorpresa; sinceramente pensó que se opondría a su petición, que le impediría cualquier tipo de contacto con Jungkook... pero se había equivocado. Esa ternura que Min mostraba hacia él era real, y eso le gustaba más de lo que podía admitir.

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Cacería [Kookv]
Misterio / SuspensoUn día, un joven de cabello azabache decide hacer trekking con su grupo de amigos, aventurándose en un bosque desconocido. En el camino, se cruzan con dos jóvenes que también se dirigen hacia allí. Pero lo que nadie sabe es que, una vez que pones un...