Zoecópata.
"¡Eres un completo desgraciado! Ni creas que esto se va a quedar así. ¡Me la van a pagar, los dos! Asquerosos de mierda. ¡Los detesto! Espero que aquel niñato infeliz te pague con la misma moneda que me diste a mí. Idiota."
Sean disparó sus cejas hacia arriba antes de escuchar la resonante carcajada que dejó salir James. Frunciendo los labios de manera divertida, él puso los ojos en blanco antes de dejar el móvil sobre la mesita y volver a caminar bajo los incesantes rayos de sol que le quemaban la piel. Cuando estuvo al borde de la piscina, fue libre de exhalar el aire retenido, y escudriñando al castaño sumergido en el agua, negó con la cabeza. Una sonrisa burlona en su rostro.
—No ha dejado de enviarme mensajes desde que salimos de Italia, esta mujer tiene que tener algún problema de retardo, porque no colmarme la paciencia en cuanto la dejé, lo hace tan tarde, —dijo Sean riéndose.
—Está claro que es retrasada, ha pasado un mes y ahora es que te envía mensajes o es cada vez que piensa en ti —respondió, con su voz seria para lograr que Sean soltase una carcajada. —Es mas, dame tu teléfono.
Sean no respondió, simplemente le dio el móvil y lo vio moverse graciosamente, tocó el nombre de Zoecópata, el cuál le había puesto él mismo a escondidas de Sean, se echó a un lado para llamarla y cuando la voz chillona de Zoe resonó en el teléfono, James casi explota de la risa.
"Sean"
"No ratona, no es Sean, es su hombre, James"
"¿Qué es lo que quieres niñato?"
"Te voy a pedir, que dejes de enviarle mensajes a mi novio, estamos disfrutando de unas hermosas vacaciones, y tú con tus mensajes no nos dejas concentrarnos, búscate un marido, vieja frígida y no jodas más" antes de que Zoe pudiera defenderse, James colgó la llamada para luego bloquear el contacto.
Sean que estaba serio, no pudo evitar luego explotar en una estruendosa carcajada que le hizo doler el estomago.
—Parece un despertador esta mujer, —dijo James dejando el móvil en el muro de la piscina.
—¿En que momento le cambiaste el nombre?—preguntó Sean secando las lagrimas.
—Desde que vi que la tenías de contacto, aun.
—Ah, ¿sí? ¿Estuviste revisando mi móvil? —Pareciendo escandalizado, Sean se sentó con las piernas sumergidas en el agua. James casi corrió hasta posarse a su lado, y abrazando las extremidades de su novio, sonrió.
—La confianza es la base principal en una relación, ¿no lo crees? —Cuestionó, con una mueca graciosa en su rostro cuando jaló el cuerpo de Sean hasta introducirlo por completo en la piscina. Sean apenas pudo gritar, y cuando estuvo entre los brazos de su novio, mojado, él sólo pudo echarle agua en la cara.
Los labios de James aferrándose a los contrarios, y el forcejeo de Sean desvaneciéndose a medida que la lengua de su chico jugueteaba contra la suya. fantástico.
Cuando ambos pares de labios decidieron tomarse un respiro, Dante permaneció con los ojos cerrados. Las manos de James cogiendo sus caderas mientras sus brazos rodeaban su cuello.
—Entonces ¿Qué nombre te has puesto en mi agenda de contactos? —Curioso, Sean peinó el cabello castaño de James, el cual obstruía su visión. La sonrisa blanca del contrario apareció de inmediato, y azotando la espalda del mayor contra el bordillo de la piscina, olfateó el perfume en el cuello de Sean.
—La verdad es que no lo recuerdo, pero seguro fue algo como "La polla que más deseo".
Sean soltó una nueva carcajada, percibiendo la preciosa sensación de los dientes de James, apenas rozando su piel. Enterrando sus mojados dedos en las húmedas hebras de cabello castaño, suspirando lleno de gozo, con los ojos cerrados y una sonrisa idiotizada acaparando sus labios.
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Bilogía Sangre Y Poder: Perversos Deseos I || BL
RandomHistoria I. Sean Dante es un respetado profesor de literatura, comprometido con su novia y a punto de casarse. Sin embargo, bajo su apariencia de cordura y lealtad, se esconde un oscuro deseo que solo James Martín, su estudiante más odiado, logra d...