«Me da gusto saber de ustedes».
Mario recordó las palabras que Luciano le había mostrado en la pantalla del celular y todo el miedo se desvaneció en ese momento. Estaba en el lugar correcto. Baltimore lo necesitaba y él no se quedaría de brazos cruzados.
—¿Qué harás cuando lo veas?
La voz muy baja que vino del hombre a su lado en la camioneta lo trajo al momento presente.
—¿Además de darle el pésame y abrazarlo? —preguntó con suspicacia. Étienne se humedeció los labios. En la parte delantera iban Luciano y Alexander. Mientras que Kaz, Brandon, Paolo, Bruno, Jared y Azali iban en otras dos.
—Sé que parezco posesivo, pero tienes que entenderme. Creí que de verdad era un capítulo cerrado de tu vida, pensé que deseabas avanzar.
—Estoy contigo—replicó cansado—. Si tu pregunta tiene que ver a si me acostaré con él, o caeré de rodillas para chuparle la verga delante de ti la respuesta es no.
—Tampoco es para que te enojes de ese modo.
—Étienne, ¿qué parte no te ha quedado claro de que me mandó a volar? ¿Por qué carajo piensas que él borrará con el codo lo que escribió con su mano? Está claro que no tienes ni puta idea de quién es Edward Baltimore, de lo contrario sabrías que jamás retrocede en una decisión. Lo viví y padecí en carne propia.
Étienne frunció el ceño. Odiaba sentirse así de inseguro, pero después de todo el sacudón Mario parecía más que dispuesto a conquistar de nuevo a su antiguo novio. Étienne jamás se consideró una persona vulnerable y mucho menos celosa, sin embargo, Mario lo llevó a sacar lo peor de él y resultaba inevitable. El departamento de Mario había estado lleno de fotografías de los dos. Eddie era un dios de la belleza y el sexo, eso es lo que exudaba en cada mirada, en cada sonrisa. Étienne comprendía al pobre Mario. Alguien así era inolvidable. Sin embargo, él no iba a dejar al único hombre que le despertó el deseo de nuevo. Mario era todo lo que Étienne soñó después de que perdió a su pareja ¿Cómo rendirse ahora?
Sostuvo la mano de Mario y la apretó entre la suya.
—Perdóname—musitó para que los dos acompañantes no se enteraran—, sé que parezco un adolescente a veces. Tú me haces sentir así.
Mario tragó saliva ante el rostro cargado de tristeza y confusión.
—Estoy contigo, Étienne. No importa lo que haya vivido con Eddie años atrás. Tú eres mi presente y no voy a perderte.
Étienne le sonrió y asintió.
—Gracias, gracias por esa declaración.
Mario lo sostuvo del cuello y lo acercó. Lo besó con fuerza, lo besó con pasión como siempre lo hacían. Le intentó dar calma, se intentó dar seguridad. Sus frentes quedaron unidas, Étienne cerró los ojos y le acarició la mandíbula.
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PENUMBRAS S.B.O Libro 13 (Romance gay +18)
RomanceLa vida de Eddie Baltimore siempre fue difícil. Con un padre alcohólico y una madre ausente, su único refugio desde muy temprana edad fue su amigo Mario. Uno que con el tiempo se convirtió en algo más. Alguien por el que estaba dispuesto a dar todo...