La vida de Eddie Baltimore siempre fue difícil. Con un padre alcohólico y una madre ausente, su único refugio desde muy temprana edad fue su amigo Mario. Uno que con el tiempo se convirtió en algo más. Alguien por el que estaba dispuesto a dar todo...
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—Hay una frase que dice que los enemigos de mis enemigos son mis amigos. Creo que en este caso coincide. Ustedes me ayudarán a dar caza a Diana. Tarde o temprano, se darán cuenta de que no hay lugar seguro.
—¿Y si nos negamos a trabajar con usted? ¿Qué lo hace pensar que tenemos cosas en común?
—Oh, querido. No tienen opción. Diana es casi invencible. Bueno, le demostraremos que cuando se mete con algo importante, debe estar dispuesta a sangrar.
—¿Su hijo Luka se recuperará?
—Está internado en cuidados intensivos en el mejor hospital de Londres. Confío que sí, pese a su traición.
—Elegir un camino diferente no es traición.
—Señor Baltimore. Mi hijo es artista y es homosexual. Desafió todo lo que le enseñé, todo lo que es bueno. Con seguridad puedo decir que no merece nada, aun así, sigue siendo mi hijo y esa perra pagará por lo que le hizo como usted querrá hacerla pagar.
—¿Por la muerte de Holy?
—No, me refiero a la muerte de sus hijos. Ella no se detendrá hasta lograrlo.
—Mis hijos están seguros.
—Usted sabe que eso es una burda mentira, pero decírsela, a veces, nos da calma. Los seres humanos albergamos ese tipo de estupideces. Nos dan calma algunos vocablos. Nos anestesian para que la verdad se esconda y sea un poco más soportable.
Bruno sintió el sol de Dubrovnik golpeando su rostro igual que todos los hombres que lo acompañaban. Apenas creían lo que había sucedido.
—¿Sabes cuál es la única razón por la que me gustaría ser eterno?—preguntó Casio entretanto cerraba los ojos y los últimos rayos del atardecer dibujaron trazos en su rostro—. Por este sol, por la posibilidad de ver el atardecer desde el lugar que amo.
Los hombres se mantuvieron en silencio. Habían curado sus heridas, el enemigo les había mostrado piedad lo que llevó a Eddie a entender sus motivos.
«Los enemigos de mis enemigos son mis amigos».
Quizás ellos nunca serían capaces de generar un vínculo de amistad con un ser como Casio Suric, pero la palabra «aliado» no sonó tan descabellada como al principio. Habían llegado allí en busca de respuestas, pero sobre todo de venganza. Las respuestas fueron contundentes. Holy tenía una hermana y era ella quien la asesinó.
—No puedo creer que no me dijera que tenía una hermana.
—¿No escuchaste al tipo?—cuestionó Mario—. Quizás nunca lo supo con certeza.
—Mario—Eddie lo interrumpió—, ya se los dije, estoy seguro de que ella estaba al tanto de todo. El problema es que la subestimó. Incluso con la muerte de Ilya, la subestimó. Ha desaparecido a toda la competencia, ¿cuánto tardará en desaparecer a mis hijos?
