Un golpe directo a su mandíbula lo trajo de vuelta a la realidad. Eddie respiró y un nuevo puñetazo cayó sobre su rostro. Estaba en una silla, atado de pies y manos en un lugar similar a una catacumba.
«El lugar está lleno de pasadizos que no figuran en ningún plano».
La frase de Brandon resonó en su mente. De pronto, el mundo dio vueltas, pero el último recuerdo se volvió nítido. Kaz acercándose a una especie de aparador y después de allí un fogonazo que los arrojó a varios metros y los estampó contra la pared con brutalidad.
«Una trampa».
Esos bastardos habían ingresado por alguno de esos famosos pasadizos y les tendieron una trampa. El grito desgarrador de Kaz hizo que todos se giraran hacia él. Eddie levantó la vista y el horror sacudió sus pupilas. La mitad de su torso estaba en carne viva, cristales adheridos a su piel, su rostro con numerosas laceraciones profundas. Estaba vivo de milagro, de hecho, todos lo estaban. Plagados de moretones, golpes y heridas que sangraban, pero los mantenían con vida por algún motivo.
Un ruido desconocido resonó como un eco en las catacumbas. Una especie de motor. Eddie se enfocó en Mario quien tenía un ojo cerrado por los golpes. Su camiseta hecha jirones.
«¿Qué carajo les he hecho?».
Esto era su responsabilidad. Desde el primer momento fueron conscientes de que este enemigo era distinto. La manera en que siempre se anticipaba, como si fuera alguien superior.
«O su motivación inquebrantable».
Un hombre de edad avanzada en una silla de ruedas eléctrica se desplazó hacia ellos, junto a él un tipo de impecable traje de tres piezas que a Azali le recordó a su esposo. Un escalofrío lo invadió ¿Moriría a manos de un hombre similar físicamente a Jared Callum? ¿Al amor de su vida? ¿Había sobrevivido al cáncer para esto? ¿Para caer preso de unos mafiosos?
—Edward Baltimore—dijo el hombre en un inglés con un fuerte acento—. Te daría la bienvenida, pero creo que ya lo hicieron mis muchachos.—Eddie lo escrutó sin responder.—Un hombre desafiante, del tipo que le encantaba a mi sobrina.
—Bastardo asesino—respondió Eddie y un guardia se fue sobre él y le dio un puñetazo en el rostro tan fuerte que lo hizo caer junto a la silla en la que estaba atado.
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PENUMBRAS S.B.O Libro 13 (Romance gay +18)
RomanceLa vida de Eddie Baltimore siempre fue difícil. Con un padre alcohólico y una madre ausente, su único refugio desde muy temprana edad fue su amigo Mario. Uno que con el tiempo se convirtió en algo más. Alguien por el que estaba dispuesto a dar todo...