Dubrovnik, Croacia
El atardecer desde Dubrovnik era lo más parecido al paraíso. El sol en su momento de despedida, las tonalidades rojizas, naranja y amarilla fundiéndose con vetas de azul intenso que daban paso a la noche. El mar, el profundo mar azul que lo besaba a la espera de un nuevo día.
Casio Suric dio un suspiro mientras la silla de ruedas eléctrica se movía a través del puente de concreto que iba desde su hogar a la playa para que nunca se perdiera del espectáculo de luces cuando finalizaba el día. Sus ojos color avellana repararon en la inmensidad, en lo minúsculo que era, aunque, por mucho tiempo se creyó invencible. El hombre a su lado, vestido con un traje de tres piezas estaba en silencio.
—¿Pensaste que terminaría así?—preguntó casi en un tono jocoso. El hombre a su lado se arregló el cabello azabache que estaba peinado hacia atrás y negó sin dirigirle la mirada.
—Esperé que terminaras muerto, pero no como un inútil que usa pañales. No, papá. Esto nunca lo esperé y mucho menos lo quise para ti.
Casio asintió. La dureza de las palabras de su hijo mayor eran el sello con el que los había criado. Formaban parte de una gran familia, una que tenía demasiado poder, que tenía en su haber asesinatos, y demás atrocidades. Casio no iba a negar su esencia cuando la vio en cada palabra de Sven.
—Ella vendrá por nosotros—afirmó el hombre mientras cerraba los ojos y la brisa los embargó para traer calma—. Ha asesinado y le ha gustado. No dudará en sacarnos del negocio, incluso cuando no somos competencia.
Sven se humedeció los labios, puso las manos en los bolsillos de su impecable traje de diseñador.
—No lo hará—replicó—. Es una cobarde que actúa desde las sombras. Jamás te enfrentaría cara a cara. Ni a ti, ni a mí.
—Dante nos advirtió antes de morir.
—Dante era un imbécil—explicó Sven—. Subestimó a la mujer y ahora está dos metros bajo tierra.
—¿No lo estás haciendo tú también?
—No, sé de quién hablo—aclaró—, ella no se ensucia las manos. Envía a imbéciles para que lo hagan por ella.
—Los enemigos nos rodean, hijo.—Casio se odió por carecer de fuerzas para enfrentarlos como en el pasado—. Lamento que tus hermanos te dejen solo en esto. Lamento que ellos tampoco acepten mi ayuda cuando pueden ser víctimas a cada instante, sobre todo Luka.
—Es mejor así—aclaró Sven—. Nunca estuvieron comprometidos con la causa, sino con disfrutar del dinero. Estoy tomando los recaudos, papá. Sé que jamás esperaste ser un mero espectador de tu imperio, pero ocurrió. La verdad es que desconozco si seré digno de defender a nuestra familia, pero haré todo lo que está en mi poder para garantizar nuestra supervivencia.
Las aves surcaron el cielo en busca de refugio. El sol y su espectáculo de colores se desvanecía en el horizonte.
—¿Crees que el exmarine de Holy vendrá?
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PENUMBRAS S.B.O Libro 13 (Romance gay +18)
RomanceLa vida de Eddie Baltimore siempre fue difícil. Con un padre alcohólico y una madre ausente, su único refugio desde muy temprana edad fue su amigo Mario. Uno que con el tiempo se convirtió en algo más. Alguien por el que estaba dispuesto a dar todo...