16 ¿Tengo una oportunidad contigo?🔥💖

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El corazón más plano de la tierra,

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El corazón más plano de la tierra,

el corazón más seco,

me mostró su ternura,

y yo tuve vergüenza de la mía.

—Cementerio de libros (IG).



—¿Qué haré para proteger a mis hijos?

—Lo que hicimos siempre, amor. Luchar.

«Amor».

Todos habían contenido la risa al escuchar a Mario a viva voz pronunciar eso a la salida de la estación de policía. La cara de Étienne fue lo más parecido a un poema, o una tragedia griega, pero bueno, sin duda resultó en algo artístico.

Baltimore estaba en la habitación a punto de armar las maletas. La custodia de los policías seguía en la puerta de su edificio. Era una tontería considerando el alcance de los asesinos que los habían emboscado en la iglesia. A Eddie se le congeló la sangre de solo pensar en el llanto de sus hijos, en el terror en la cara de Camila y en la fuerza de los brazos de Marito que se aferraba a la vida.

Abrió el cierre de la tercera maleta que cargaría. Las dos primeras llevaban gran parte de los juguetes, vestimenta y demás pertenencias de sus hijos. Esta sería para él.

—¿Quieres que me quede contigo?

—No, estaré bien.

—Eddie.

—Mario, por favor. Necesito este momento de tranquilidad. Tengo que despedirme del lugar en el que viví con mi esposa por dos años.

—Está bien, lo entiendo.

¿Lo entendía? Eddie conocía la respuesta a esa pregunta y era un gran no. Mario era posesivo, siempre lo fue. Quería abrazarlo, besarlo, amarlo hasta que su cuerpo convulsionara. Baltimore conocía sus instintos y que Dios lo perdonara, ¡cuánto lo extrañaba!

Definir como ansiedad su estado sería quedarse corto. Eddie quería saltar sobre Mario y cabalgarlo hasta que sus caderas se adormecieran ¿Era lo correcto? Por supuesto que no. Tenía un montón de criminales tras sus pasos, dos pequeños que dependían de su escasa estabilidad emocional y su ausente equilibrio mental, había enterrado una esposa.

«Y tú solo piensas en chupar vergas».

Cerró los ojos y sacudió la cabeza ante el pensamiento crudo e instintivo, ante su necesidad animal de aparearse con un hombre que lo comía con los ojos, que lo recorría con esos orbes oscuros con un hambre que lo dejaba sin aliento.

Eddie se dirigió hacia el vestidor, y buscó sus pantalones. Los sacó de las perchas, y dio un suspiro.

—Eddie, ¡los ganchos deben quedar hacia el mismo lado!

PENUMBRAS S.B.O Libro 13 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora