—Quiero saber porque siempre terminas ganando.
—¿No te lo he dicho? Tengo mi amuleto de la suerte justo aquí.
El hombre apretó la cadera de la delicada figura que descansaba sobre su regazo con un pantalón de lino blanco y una camisa de gasa transparente. Jared entornó los ojos
—Una puta mierda ¡Estás haciendo trampa!
Dominic frunció el ceño y rio ante la tontería que su primo Jared había esbozado solo porque era la tercera partida de póker que perdía. Cameron acarició el cuello de la camisa celeste de su esposo y lo acomodó. Le dio un beso en el cuello, luego otro y otro.
Jared arqueó una ceja.
—¡Oigan pecadores! ¡Respeten! Están en casa de familia.
—¿Qué? ¡No estamos haciendo nada!
Jared señaló con uno de los naipes en la mano.
—Te conozco Cameron Joyce. Primero, empiezas con besitos en el cuello, y luego, terminas montando a Dominic como un descontrolado.
—¿Yo? —Cameron señaló a sí mismo con rostro de inocencia—Además, ¿no has dicho que tus hijos están con el doctor Blake?
—Sí, por dios. —Jared resopló—. Últimamente pasan más tiempo en esa casa que aquí. El tarado de Martin Driesen debe estar al borde del síncope.
—No lo dudes. Creo que lo soporta porque Damián lo soborna con sexo.
—El talón de Aquiles de Martin, además, ¿quién en su sano juicio se negaría a un momento de pasión con ese hombre? —preguntó Dominic.
—Yo no. —Cameron y Jared respondieron al unísono y todos rieron.
El médico con el que Martin llevaba casado hacía varios años era un bombón ardiente. Apuesto, amable, cálido, tenía un cuerpo escultural y ese look informal que le daba un matiz entre salvaje y correcto.
Luego estaban las cosas que Martin relataba. Los detalles del sexo que a más de a uno harían sonrojar, pero a los Callums les llamaba la atención. El pobre médico solo se cubría la cara mientras todos reían.
El celular de Dominic sonó. El hombre observó el nombre de Christopher Janssen en la pantalla.
—Chris. —Dominic respondió con un toque de humor. Lo que recibió del otro lado lo dejó perplejo. El rostro se fue desfigurando con el paso de los segundos. Cameron sintió la tensión y se levantó de su regazo. Dominic también se puso de pie—. Está bien, sí, vamos para allá. Solo cálmate, ¿está bien?
La comunicación cesó.
—¿Qué sucedió? —preguntó Cameron. Dominic se enfocó en su primo.
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PENUMBRAS S.B.O Libro 13 (Romance gay +18)
RomansaLa vida de Eddie Baltimore siempre fue difícil. Con un padre alcohólico y una madre ausente, su único refugio desde muy temprana edad fue su amigo Mario. Uno que con el tiempo se convirtió en algo más. Alguien por el que estaba dispuesto a dar todo...