Un final, un comienzo, una vida.
Todo tiene una vuelta.
Florida, Estados Unidos.
—Esa casa es un sueño ¿Te imaginas a nuestros pequeños ahí? ¡Se divertirán como locos! Ya sabes lo mucho que les gusta andar de un lado a otro.
Eddie reía mientras escuchaba el entusiasmo de su esposa al hablar del lugar que, de seguro, se convertiría en su hogar. Habían buscado la mejor opción inmobiliaria durante dos meses. Nada los terminaba de convencer. Lo que ambos tenían claro es que no deseaban criar a sus bebés en un departamento.
Holy y Baltimore tenían una visión parecida de la vida. Ambos habían atravesado circunstancias difíciles que los hicieron más fuertes, y estaban listos para encarar este proyecto.
—Podríamos pintar de blanco las habitaciones, ese color gris cemento no termina de convencerme—agregó Eddie entretanto caminaban por la calle. Cada uno llevaba a uno de sus pequeños en cochecito.
—¿En serio? Yo creo que es super elegante.
—Cariño, quiero algo más, no lo sé—decía Baltimore—. No lo sentí como yo. Creo que podríamos explorar un poco más en los colores, al igual que en la decoración.
Dos motocicletas surcaron la calle a toda velocidad, y cruzaron el semáforo en rojo. Los vehículos frenaron de manera estrepitosa, e hicieron sonar las bocinas. Eddie sostuvo del brazo a Holy, y frunció el ceño.
—Carajo, ¿qué les pasa a esos idiotas?—Se mantuvieron en el lugar mientras las motocicletas se alejaban por una calle hacia abajo. Cuando el tránsito se normalizó, ellos siguieron caminando por la acera.
—Todavía nos queda por ver esa casa cerca de la playa—agregó Holy con una sonrisa pícara. Eddie dio un suspiro.
—Preferiría algo por aquí.
—Vamos, ¡si a ti la playa te encanta! Podemos verla.
—Pensé que esta casa te gustaba.
—Muchísimo, pero nos prometimos evaluar todas las opciones, aunque fuera agotador ¿Recuerdas?—enfatizó Holy, y Eddie asintió.
—Lo sé, es solo que...—Baltimore era incapaz de expresar las emociones con palabras en ese momento. Holy lo detuvo en ese instante, lo asió del mentón e hizo que la observara a los ojos.
—¿Esta reticencia tuya tiene que ver con el hombre de Ciudad del Cabo?—Holy siempre fue transparente con él. Le contó toda su vida, y Eddie quería ser igual con ella.
—Antes de separarnos, varias veces hablamos de comprar una casa cerca de la playa. A veces, nos sentábamos en la arena con el sol en el horizonte, y proyectábamos eso. Un hogar juntos.—Baltimore bajó la mirada. Holy se acercó y lo besó en los labios con dulzura.
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PENUMBRAS S.B.O Libro 13 (Romance gay +18)
RomanceLa vida de Eddie Baltimore siempre fue difícil. Con un padre alcohólico y una madre ausente, su único refugio desde muy temprana edad fue su amigo Mario. Uno que con el tiempo se convirtió en algo más. Alguien por el que estaba dispuesto a dar todo...