La vida de Eddie Baltimore siempre fue difícil. Con un padre alcohólico y una madre ausente, su único refugio desde muy temprana edad fue su amigo Mario. Uno que con el tiempo se convirtió en algo más. Alguien por el que estaba dispuesto a dar todo...
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Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
Dos días después.
—Pensé que jamás sería capaz de ver ese cartel colgado.
—Los tiempos cambian, teniente—agregó Kellan Janssen que era uno de los agentes inmobiliarios más exitosos de Sudáfrica—. Este edificio está ubicado en una posición estratégica, desde ya te digo que se venderá en menos de quince días.
—¿Tan pronto?
—¿Qué? ¿Ya te estás arrepintiendo?—bromeó Kellan y Charles sonrió.
—Sé que merezco más de la vida, lo sé, pero...
—No sabes cómo soltar.
—Sí—confesó—, ese es mi problema.
—¿Piensas que hay algo más importante que esto?—indagó Kellan mientras observaban el cartel de venta sobre uno de los cristales.
—Lo hay—replicó—, no tengo dudas de ello, y entiendo los motivos por los cuales me exige un cambio.
—¿Se lo dijiste?
—No, solo me limité a tratarlo mal, algo que lamentablemente he hecho bastante seguido a lo largo de los años.
—¿Has pensado en hacer terapia?
—¿Yo?—Brandon frunció el ceño.
—Sí, tú ¿Qué? ¿Te consideras demasiado estable para hacerlo?
—Al contrario, creo que mi locura no tiene solución.—Los hombres rieron. Brandon se cruzó de brazos y observó el cristal—. Jamás pensé que podría construir un negocio tan rentable, jamás pensé que encontraría el amor en un hombre veinte años menor.
—Prioridades y decisiones, amigo.—Kellan le golpeó el hombro—. Es momento de elegir. Estás mayorcito para hacerlo.
Brandon le dio una sonrisa de labios cerrados. Kellan se marchó.
—He estado pensando y considero que este negocio ha llegado a su fin, al menos para mí.
—¿Sabes? Jamás estuve tan de acuerdo en una decisión como ahora.
Sus compañeros de equipo lo apoyaron. Habían luchado y sobrevivido, era hora de hacer algo más en la vida. Era hora de viajar, cumplir sueños y hacer el amor.
La cuestión que aterrorizó a Brandon era, ¿Bastian le daría una nueva oportunidad después de su última pelea? ¿Creería que esta vez el cambio era real?
«Quiero que seas libre. Libre de deudas de sangre con tus amigos, libre de los fantasmas que te dicen todo el tiempo que te cambiaré por Ewan Marcus, libre de la necesidad de arriesgar tu vida, de tu adicción a la adrenalina y al peligro. Charles Brandon, quiero que me propongas ser tu esposo cuando seas libre, ¿entiendes? Así como yo lo soy».
