Marie debía reconocer que se lograba más con miel que con amenazas. Benson tenía talento al momento de negociar. Era un hombre gris desde su perspectiva. La frontera del bien y el mal era tenue, casi borrosa cuando el fiscal entraba en juego.
—Los federales van a intervenir. Estoy asombrado de que todavía no lo hayan hecho con la repercusión de este caso.
—¿Qué? Este caso es mío.
—¿Quieres atrapar a esos hijos de puta o no?
—¿Tenemos oportunidad?
—Al menos considero que debemos intentarlo. Vamos a mostrar nuestras cartas, y espero que las de ellos sean mejores que las de nosotros.
—Estamos cometiendo un error. Intenté negociar, pero ellos no sueltan palabra.
—Es un riesgo que debo correr.
Marie se cruzó de brazos y dejó que el fiscal hiciera su trabajo. Si algo debía decir a favor de estos hombres es que no se mostraban nerviosos, solo cansados y enojados por lo que estaban viviendo. Era sorprendente que aun sin su abogado, no les importó dar su declaración. En términos de la inspectora esto podría deberse a dos cosas. O eran muy tontos o inocentes.
—Estamos siguiendo una pista, Una que tiene que ver con el pasado de tu esposa—explicó el fiscal Benson a Eddie—. Creemos que los autores materiales del crimen tienen que ver con una organización croata donde el padre de Holy Suric era el líder.
—Fácil, ¿por qué no buscan al padre y listo?—preguntó Eddie.
—Dos cuestiones. Su padre está muerto. Segundo, saben tan bien como yo que no es sencillo llegar a esos lugares.
Eddie dio un suspiro. Genial, una pieza menos para demostrar su inocencia.
—¿No es sencillo o no les importa lo que sucede? ¿No es simple o prefieren hacer oídos sordos ante crímenes horrorosos como la trata de personas?
Los hombres se giraron hacia Eddie. Este todavía no les había comentado nada acerca de esto, excepto a Mario quien se mantuvo tranquilo a su lado. Benson se aclaró la garganta. Bien, estaba claro que estos hombres no eran unos tontos y conocían cómo funcionaba el sistema.
—Soy fiscal del estado de Florida—aclaró—. Mi deber es con los ciudadanos americanos.
—Por supuesto—esbozó Eddie con sarcasmo y se cruzó de brazos—¿Qué quieres?
Directo al grano. Benson se arregló la corbata y se acercó al escritorio. La inspectora estaba en silencio.
—¿Quiénes son todos ustedes? ¿Qué han estado haciendo en más de una década?
Brandon se humedeció los labios.
—Debemos hablar contigo, confiar en ti sin un abogado presente. Muy buena estrategia, pero necesitamos más que eso.
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PENUMBRAS S.B.O Libro 13 (Romance gay +18)
RomansaLa vida de Eddie Baltimore siempre fue difícil. Con un padre alcohólico y una madre ausente, su único refugio desde muy temprana edad fue su amigo Mario. Uno que con el tiempo se convirtió en algo más. Alguien por el que estaba dispuesto a dar todo...