Cuídate mucho, no olvides que voy a guardarte
en un lugar especial, donde habitan las cosas
que he amado de verdad.
Gian Franco Huacache
Baltimore, Maryland. Estados Unidos.
Trece años atrás.
—¿Qué estás esperando? ¿Una puta invitación? ¡El agua está mejor que nunca!
Lo observo desnudarse. Tiene un cuerpo muy delgado, tanto que sus costillas pueden contarse una a una. Su cuerpo habla de hambre, de carencias que ningún ser humano debería sufrir. Su piel blanquecina está adherida a sus huesos. Sus ojos azules me observan y sonríe. A mí se me pierde el mundo, en ese momento dejo de respirar, pero no dejo de deleitarme con su cuerpo. Lo siento mío, incluso cuando nunca seré capaz de decirle lo que siento por él. Es mi amigo, casi mi hermano, así es como debe ser.
Me apresuro a quitarme la ropa en esta playa desolada, aprovecho esto. Esta intimidad que nos atrapa a los dos. Sé que es una fantasía, sé que estoy soñando de nuevo, pero no pienso detenerme. Mi mayor temor en este segundo es despertar.
Eddie está aquí conmigo una vez más, tenemos quince años otra vez, y la vida está repleta de sueños y esperanzas. Todos esos anhelos que ansiamos cumplir.
—Eddie—susurro su nombre porque el pánico de que mis ojos se abran y este sueño termine me abruma.
Me muevo rápido y arrojo mi ropa en la arena, del mismo modo a como lo hace él. Corremos hacia las olas. Nadamos mar adentro.
—¡Hasta la boya! ¡El último invita las hamburguesas!
La corriente hace que el esfuerzo se incremente, eso sumado a la fuerza del viento hace que el corazón galope en nuestro pecho. Braceo tan rápido como mi pesado cuerpo lo permite. Eddie me aventaja como siempre, pero no pienso dejar de luchar. Nadamos y damos lo mejor en cada brazada.
Eddie llega primero a la boya y da un grito de victoria.
—¡Vamos hombre! ¡No me la puedes dejar tan fácil todo el tiempo!
Sonrío y alcanzo la boya varios segundos después. Eddie es imbatible en el océano, así como lo es mi corazón. Quiero responder, pero el poco aire que recojo me ayuda a estabilizarme y no terminar ahogándome. El sol golpea nuestras cabezas con brutalidad, la piel blanquecina de mi amor se torna rojiza. Sus ojos se mimetizan con el agua que nos besa, hay pequeñas chispas doradas en ellos.
—Será de doble queso. Hoy no he desayunado.
Respiro y me sostengo a la boya. Eddie flota a mi lado sin sostenerse. Su cuerpo asume posición horizontal y se pierde en la calidez del agua. En un impulso incontrolable acaricio el magullón violáceo que atraviesa su mandíbula. Hace una mueca y se aleja. Nuestros miradas se encuentran y siento que podría quedarme a vivir aquí, que todo ha valido la pena solo por este segundo a su lado.
ESTÁS LEYENDO
PENUMBRAS S.B.O Libro 13 (Romance gay +18)
RomanceLa vida de Eddie Baltimore siempre fue difícil. Con un padre alcohólico y una madre ausente, su único refugio desde muy temprana edad fue su amigo Mario. Uno que con el tiempo se convirtió en algo más. Alguien por el que estaba dispuesto a dar todo...