Las personas podrían aprender de sus errores
si no estuvieran tan ocupados negándolos.
Carl Jung
—Illia no era un mal hombre. No quiso seguir el juego de su familia y pagó el precio. Sé que fue eso. No había más enemigos que su propia familia.
—¿A qué se dedicaba su familia?
—Manejaban muchos asuntos.
—Eso no me dice nada, Holy ¿Cuál era la actividad principal a la que se dedicaba la familia de tu esposo o la tuya?
—Las mujeres balcánicas son muy hermosas, creo que, a veces, eso puede ser una maldición.
Baltimore tragó saliva mientras el agua caía sobre uno de los platos después de la cena. Tenía en su mente una especie de tormenta que lo llevaba a un lado y hacia otro. El pasado y el presente arremetían contra él sin piedad. Las voces de su esposa y sus amigos rondaban en su cabeza.
—Lindo partido ¿No pensaste que era una mala idea vincularte con una mujer así? Alguien incapaz de relatarte un pasado más que interesante.
—Todos tenemos nuestro pasado y hay muchas cosas de él que no le contamos a nadie ¿O qué? ¿Tú no?
—Por supuesto que tengo un pasado, pero si no soy capaz de contárselo ni siquiera a mi esposo. Vaya, eso debe ser jodido. A menos, que nunca hayas sido importante de verdad para ella.
Holy siempre había contado una verdad a medias. Su esposo, su padre, su vida antes de conocerlo, su vida como casada ¿Y si todo fue una mentira? ¿Era posible que la esperanza de un futuro brillante lo hubiera cegado de esa manera?
—¿Necesitas una mano ahí? —Baltimore tosió y se concentró en lo que estaba haciendo cuando Mario llegó a su lado en la encimera.
—No, ya está—agregó nervioso, como si fuera la primera vez que se encontraba con Mario. Como si no lo conociera palmo a palmo, en cuerpo y alma.
«No lo conoces. Hace dos años y medio que no tienes idea de lo que ocurre con él».
Mario se afirmó en la encimera a su lado, y se cruzó de brazos. Baltimore respiró profundo ¿Cómo controlar tu corazón cuando la fuente de todas tus pulsaciones aceleradas se negaba a alejarse?
—Lamento lo de Étienne—dijo Mario compungido—, a veces se olvida el filtro de cerebro a boca.
—No tienes que pedir perdón por él—agregó Eddie con las mejillas recalentadas. Carajo, sabía que encontrarse con Mario iba a ser difícil, pero nunca se imaginó cuánto—, se comportó como un idiota, pero algo de razón tenía.
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PENUMBRAS S.B.O Libro 13 (Romance gay +18)
RomansaLa vida de Eddie Baltimore siempre fue difícil. Con un padre alcohólico y una madre ausente, su único refugio desde muy temprana edad fue su amigo Mario. Uno que con el tiempo se convirtió en algo más. Alguien por el que estaba dispuesto a dar todo...