𝙎𝙞,𝙎𝙞 𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙩𝙪 {𝘾𝙚𝙨𝙖𝙧 𝙋𝙖𝙧𝙧𝙖 𝙮 𝙏𝙣}

20.

𝐓𝐍 𝐆𝐀𝐌𝐄𝐙

₁₀ ₐ.ₘ

No había podido dormir en toda la noche. César y yo nunca habíamos peleado tan fuerte. Algunas discusiones, sí, pero nunca al grado de que él decidiera no dormir aquí.

Entendía su actitud perfectamente. Odia que le mientan o que le oculten cosas, y yo había tratado de esconderle algo.

No quería volver a ilusionarlo. Estoy cansada de que siempre ocurra lo mismo. Veo la esperanza en sus ojos, ese brillo tan hermoso, pero se desvanece cada vez que miramos el resultado... negativo, otra vez.

Volví a marcar su número. Buzón de voz, como las últimas mil llamadas que le he hecho durante la madrugada y en las pocas horas de la mañana.

Dejé el celular sobre el buró, rindiéndome a la idea de que no me contestaría. Le daré su espacio. Tal vez eso es lo que necesita para calmarse.

🤡🤡🤡
Claro...
Como si en verdad me hubiera rendido.

Me metí al baño, me lavé la cara y los dientes, me puse algo cómodo y bajé a preparar el desayuno. Quizá venga en camino, y por eso no me responde. Lo recibiré con el desayuno listo.

Lo ves, sigues teniendo esperanza.
Odio mis malditas neuronas que no piensan antes de actuar.
Me odio a mí misma.

Preparé unos huevos revueltos y café. También hice hot cakes y corté fruta, porque sé que le encanta este desayuno. Serví todo en platos y me senté a esperar. No debe tardar.

₅ ₚ.ₘ

César no había llegado en toda la mañana, y ahora la tarde también comenzaba a desvanecerse. Ya había recogido parte de la casa y, con algo de apuro, me puse a hacer la comida. Se me había hecho tarde, y quizás él ya venía de camino... y yo sin nada preparado.

Recogí el plato que había dejado listo para César en el desayuno, junto con lo que le había guardado. Lo metí en recipientes y los guardé en el refrigerador.

La casa estaba demasiado silenciosa, y ese silencio era lo que más odiaba. Encendí la televisión y puse música para llenar el vacío, para no sentirme tan sola. Tarareaba algunas canciones mientras preparaba su comida favorita, intentando que eso me distrajera del nudo en mi estómago.

Dejé que la comida se cocinara lentamente. Mientras tanto, intenté llamarlo otra vez, pero seguía sin responder. Con un suspiro frustrado, decidí enviarle otro mensaje.

- 𝘢𝘮𝘰𝘳, 𝘱𝘳𝘦𝘱𝘢𝘳𝘦 𝘵𝘶 𝘤𝘰𝘮𝘪𝘥𝘢
𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳𝘪𝘵𝘢... ¿𝘠𝘢 𝘷𝘪𝘦𝘯𝘦𝘴?