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XI

El día de la graduación había llegado, y Ara estaba terminando de alistarse. Se miró en el espejo, admirando su hermoso vestido negro de espalda descubierta que acentuaba su figura. Era un vestido que había elegido con cuidado, sabiendo que ese día sería uno de los más memorables de su vida. Después de asegurarse de que todo estuviera perfecto, tomó la toga que usaría al llegar a la escuela y salió de su habitación.

Al entrar en la habitación de Bella, se la encontró frente al espejo, tratando de arreglarse el cabello.

—¡Estás hermosa, Bells! —exclamó Ara, admirando a su hermana.

Bella, con un ligero rubor en las mejillas, sonrió tímidamente.

—Tú lo estás más —respondió Bella, mirando a Ara con cariño.

—No puedo creer que ya salgamos —continuó Ara, sintiendo una mezcla de emoción y melancolía.

—Sí, solo me entristece un poco no tener a mamá aquí —dijo bella, sintiendo que el nudo en su garganta crecía.

—Pero me alegra saber que la nana está aquí con nosotras —replicó Ara, tratando de animar a su hermana.

—Sabes que odio que no pudiera venir, pero tienes razón, está papá y la nana —respondió Bella, buscando consuelo en las palabras de Ara.

Ambas chicas bajaron las escaleras, donde su papá, Charlie, las esperaba con una sonrisa. Él estaba vestido elegantemente en un traje oscuro, mientras que Victtoria, la abuela de las mellizas, brillaba con un vestido que reflejaba su herencia italiana.

—¡Wow, papi, estás muy guapo! —dijo Ara, admirando a su padre.

—Hoy es un día importante, así que tenía que estar a la altura —respondió Charlie con orgullo.

—¡Tú siempre estás a la altura, papi! —dijo Bella, dándole un abrazo.

—Y tú, nana, no te quedas atrás, ehh —añadió Ara, mirando a Victtoria.

—¡Jamás, mi amor! —exclamó Victtoria con una sonrisa. —Una Higginbotham siempre va deslumbrante. Ustedes son el vivo ejemplo. Ahora tomemos unas fotos.

Después de capturar esos momentos especiales, las chicas subieron a la camioneta de Charlie y fueron directamente a la escuela. Al llegar, Ara y Bella bajaron, y Victtoria las abrazó con orgullo.

—Estoy muy orgullosa de ustedes —les dijo, dándoles un beso en la frente.

Ambas se pusieron la toga y se dirigieron a sus asientos. Edward estaba sentado al lado de Bella, mientras que Ara ocupaba el espacio junto a su hermana. Jessica, una de sus compañeras, comenzó su discurso, que resonaba entre los estudiantes.

La ceremonia avanzó hasta la entrega de diplomas, y cuando el nombre de Bella sonó, "Isabella Marie Swan", ella se levantó, y Charlie junto a Victtoria se pusieron de pie, orgullosos. El corazón de Ara latía con fuerza, sintiendo la emoción del momento. Luego llegó su turno: "Ara Iliana Swan". Ella también se puso de pie, y la misma sensación de orgullo envolvió a su familia.