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V

Era un nuevo día y Ara ya estaba lista para ir a la escuela. Junto con Bella, se montaron en la camioneta y se dirigieron al instituto. Al llegar, las mellizas se dirigieron a su primera clase, biología. Ara estaba emocionada por ver a Emmet de nuevo.

Al entrar al salón, Ara vio a Emmet sentado en su lugar habitual. Se dirigió a él y lo saludó con una sonrisa radiante.

—Hola, Emmet —dijo Ara, tomando asiento a su lado.

—Hola, Ara —respondió Emmet, devolviéndole la sonrisa.

Ambos estuvieron hablando hasta que comenzó la clase. Ara notó que Edward también había faltado hoy, lo que le pareció extraño. Durante un momento de tranquilidad, Ara le preguntó a Emmet:

—¿Tu hermano está bien? Noté que sigue faltando a clase.

Emmet asintió con una expresión preocupada.

—Más o menos. Se puso muy mal del estómago el lunes, parece que algo que comió le cayó mal. Está bastante enfermo.

—Ojalá se mejore pronto —dijo Ara con sinceridad.

Después de la clase, Bella le dijo a Ara que se adelantaría a la cafetería.

—Nos vemos allí —respondió Ara, viendo cómo Bella se alejaba.

Emmet aprovechó el momento para hablar con Ara.

—Ara, ¿qué te parece si salimos a una cita tú y yo?

Ara se sonrojó, pero una sonrisa iluminó su rostro.

—Sí, me encantaría —respondió, tratando de contener su emoción.

—¿Me puedes dar tu número de teléfono? —preguntó Emmet.

Ara se lo dio y, después de despedirse, se dirigió a la cafetería con una sonrisa que no podía ocultar. El resto de las clases pasaron con normalidad, y finalmente llegó la hora de irse a casa.

En la camioneta, Ara, emocionada, le contó a Bella la gran noticia.

—¡Voy a tener una cita con Emmet Cullen!

Bella sonrió, emocionada por su hermana.

—Ya sabía que toda esa emoción contenida no solo era porque íbamos a casa —dijo Bella en tono de broma.

Ara pareció recordar algo y miró a Bella con curiosidad.

—Por cierto, Bells, ya sé por qué Edward está faltando a la escuela.

Bella la miró mientras conducía, intrigada.

—Está muy enfermo del estómago. Algo que comió le cayó mal, así que ahí tienes la razón por la cual se comportó así contigo.

Bella asintió, comprendiendo mejor la situación.

Llegaron a casa y Ara se fue directamente a su habitación. Mientras se cambiaba, recibió un mensaje de un número desconocido.

—Hola, Ángel. Soy Emmet.

Ara soltó un chillido de emoción y respondió de inmediato.

—Hola, Emmet.

—Mañana pasaré por ti para nuestra cita —escribió Emmet.

—¿A qué hora? —preguntó Ara.

—A las 2:00 —respondió él.

—Está bien —dijo Ara, sonriendo.

Ara se dio cuenta de que tenía que planear su outfit para la cita. Pasó una hora probándose ropa hasta que encontró el conjunto perfecto. Satisfecha con su elección, bajó a la sala.

Las mellizas tenían una tradición todos los viernes: noche de película y skincare. Bella ya estaba en el sofá con la película preparada. Ara se unió a ella y comenzaron su noche especial.

Charlie llegó y vio a sus hijas con mascarillas en sus caras, comiendo palomitas y viendo una película. Sonrió ante la escena y se dirigió a la cocina para prepararse algo de comer. Luego se sentó con las mellizas para ver la película, disfrutando de la compañía familiar.

La noche transcurrió en un ambiente relajado y alegre. Ara no podía dejar de pensar en su cita con Emmet al día siguiente, imaginando cómo sería y qué aventuras les esperaban. La emoción y la anticipación llenaban su corazón, mientras disfrutaba de la calidez y el amor de su familia.