II

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Después de dejar a las chicas, Emmett se dirigió a su casa, sumido en pensamientos oscuros

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Después de dejar a las chicas, Emmett se dirigió a su casa, sumido en pensamientos oscuros. Al llegar, encontró a Edward reuniendo a toda la familia en la sala principal. Las caras de preocupación y tristeza de todos evidenciaban la gravedad de la situación.

Edward comenzó a hablar con una voz tensa. "Tenemos que irnos. Somos un peligro para ellas. Lo que pasó hoy puso en peligro la vida de Bella."

Rosalie, que había estado cruzada de brazos en una esquina, intervino con frialdad. "Yo se los dije desde el principio, pero ustedes nunca me hicieron caso."

Emmett, con los puños apretados y el corazón latiendo con fuerza, dijo con voz quebrada: "No creo que pueda alejarme de Ara."

Edward lo miró con seriedad. "Recuerda que esta es la segunda vez que la pones en peligro. Mira lo que pasó con James. ¿Crees que ellas se merecen esto? A mí también me duele dejar a Bella, pero sé que esto es lo mejor para ella."

Emmett permaneció en silencio, atrapado entre el amor por Ara y la lógica implacable de las palabras de Edward. Sentía que moría por segunda vez, pero en su mente sabía que Edward tenía razón: Ara no merecía una vida llena de peligros.

Carlisle, con una expresión solemne, se dirigió a Edward. "Si esa es su decisión, nos iremos."

Emmett asintió lentamente, sintiendo un nudo en la garganta. La decisión estaba tomada.

Al día siguiente, Ara despertó con un sentimiento extraño

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Al día siguiente, Ara despertó con un sentimiento extraño. Decidió ignorarlo y se comenzó a alistar. Al revisar su teléfono, encontró un mensaje de Emmett diciendo que no podría pasar por ella hoy, que no iba a ir a clases. El sentimiento de inquietud que había intentado ignorar regresó con fuerza.

Después de alistarse, bajó a desayunar. Encontró a Bella en la cocina y se unió a ella. Poco después, Charlie bajó y notó el vendaje en el brazo de Bella.

"¿Qué te pasó en el brazo?" preguntó con preocupación.

Bella, evitando su mirada, respondió: "Me tropecé, papá. A veces soy algo torpe."

Charlie, sabiendo cuán torpe podía ser su hija, asintió con resignación. "Para la próxima, ve con más cuidado, hija."

Bella asintió y continuaron desayunando en silencio.

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