Liam Jones, conocía a Emma LaRusso desde que tenia uso de razon. Vecinos y amigos desde siempre.
Habían crecido juntos, eran muy diferentes entre si pero formaban un gran dúo. Apodados por sus padres como el dúo caótico. Solían hacer travesuras juntos desde que eran niños.
Se habían separado hace mas de un año, cuando el chico viajo fuera de la ciudad junto a sus padres. Pero ahora estaba devuelta y se llevo una gran sorpresa al enterarse de que la vida de su amiga había cambiado radicalmente y el no estaba informada de nada.
Al día siguiente de haber vuelto a la ciudad, lo primero que hizo fue ir a visitar a su amiga, siendo recibida por el padre de la familia, quien le dio la noticia de que la chica ya no vivía en aquel lugar.
Liam sabia de la mala relación de la chica con su padre, pero jamás pensó que se marcharía de su casa.
Por lo que luego de prometerle un videojuego nuevo a Anthony a cambio de la dirección de la rubia, se dirigió a su departamento.
El toco la puerta esperando ver a la chica, en cambio después de unos largos segundos, la puerta fue abierta pero no por su amiga, si no por un chico de ojos verdes. Lo que ocasiono confusión en el.
—Hola...—Saludo el chico —¿Puedo ayudarte en algo?
Jones trato de mirar dentro del departamento, buscando algún rastro de la rubia—Hola, soy Liam. Me dijeron que aquí vivía Emma LaRusso—Aclaro con una sonrisa incomoda.
—Oh si, vive aquí—Confirmo Keene desde el otro lado de la puerta—Dame un segundo.
El chico cerro la puerta, dirigiéndose a la habitacion, en donde Emma terminaba de arreglarse.
—¿Quién era?—Pregunto la chica mientras terminaba de amarrar su cabello.
—Te busca un tal Liam—Contesto apoyado en la pared.
La chica se giro hacia el, totalmente confundida—¿Liam? ¿Liam Jones?
Keene alzo sus hombros—No me dijo su apellido.—Aclaro.
Emma salió de la habitacion, corriendo hacia la puerta de entrada, siendo seguida desde cerca por su novio, quien la observaba con el ceño fruncido.
LaRusso volvió a abrir la puerta, encontrándose con el inconfundible cabello castaño y ojos azules de Liam Jones.
—¡No puede ser!—La rubia sonrió emocionada, atraía al chico a un abrazo.
—También me alegro de verte—Se rio el castaño mientras correspondía el abrazo, levantándola unos centímetros del suelo, haciéndola girar.
La chica se separo del abrazo, sin borrar su sonrisa—¿Qué estas haciendo aquí? ¿Cuándo volviste? ¿Por que no me avisaste?—Empezó a preguntar con rapidez.
ESTÁS LEYENDO
same problem
Fiksi PenggemarEn donde Emma Larusso y Robby Keene sufren por lo mismo, la ausencia de una verdadera figura paterna.