Capítulo 51

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Las horas pasaban lentamente para Emma, con la respiración cada vez más agitada y el sudor corriendo por su frente. No dejaba en ningún momento de caminar, la mochila que llevaba en su espalda cada vez pesaba más debido al cansancio de su cuerpo.

Y aunque en su interior tenía miles de pensamientos maldiciendo el cansancio y al camino, por sus labios no se escuchó ninguna palabra, ni ninguna queja.

El sol cada vez era menos visible, la luna estaba por tomar el lugar mas alto en el cielo. El viento cada vez era más frío y golpeaba su rostro con fuerza.

Las ramas de los árboles que se movían con fuerza a su alrededor,  los sonidos de insecto y su pesada respiración era lo único que se escuchaba en ese momento.

—Hemos llegado...—Le informo el hombre que iba unos metros más adelante de ella debido a los pasos más rápido que daba.

Seguir a Kreese hasta corea del sur probablemente habia sido la desicion mas impulsiva que habia tomado en toda su vida. Había dejado todo atrás, una decisión totalmente imprevista y sin aviso.

No quiso que nadie más se enterara de lo que estaba por hacer, por lo que comenzó a ignorar los mensajes y llamadas que entraban en su celular camino a Corea. Ahora no se preocupaba por eso, hace kilómetros había dejado de tener señal, por lo que ningún mensaje ni llamadas entraba.

Kreese tomó un camino apartado del sendero marcado, apartando algunas ramas que se encontraban en el camino. Emma de igual manera lo siguió, apartando de su camino las ramas que le estorbaban para evitar que golpearan su rostro.

—Bienvenida a mi dojang, LaRusso...

La rubia levanto la mirada de inmediato al reconocer esa voz tan familiar para ella. Hay estaba ella, con su larga trenza y su mirada dura como de costumbre. Kim Da Eun.

Emma se inclinó levemente en forma de saludo—Sensei Kim...

Kreese observó la interacción de ambas mujeres en silencio, no era ningún secreto para el saber las interacciones que habían tenido ambas mujeres durante la estadía de Kim Da Eun en Estados Unidos. Una mano rota y dos piedras rotas en el camino era un detalle que no se podía saltar en una historia y la sensei Kim no pudo saltar esa parte al contarle a Kreese su unión con Silver durante su viaje fuera de Corea.

—Sabes que el entrenamiento de este lugar, no es nada comparado con tu entrenamiento en Estados Unidos—Habló Da Eun con voz dura.—Tendrás que esforzarte tres veces más que todos los demás en este lugar—La pelinegra tenía sus brazos cruzados contra su pecho—Que tengas un lugar asegurado en el sekai taikai no significa que puedes relajarte.

—No pensaba a hacerlo—Respondió la rubia con el mismo tono de voz.—De todas formas ninguno de sus alumnos esta a mi altura—Respondió con una sonrisa tensa.

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⏰ Última actualización: Jan 02 ⏰

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