cap 10

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Narrador omiciente

El sol apenas comenzaba a asomar en el horizonte de, tiñendo el cielo de tonos anaranjados. La sede del FBI estaba en movimiento, sus pasillos bulliciosos con la actividad de agentes preparándose para otro día cargado de operaciones. Entre ellos, destacaba una figura que se movía con una precisión casi militar: la teniente Marcela Gómez

Marcela, con su uniforme impecable y su porte decidido, aunque estaba destrozada por dentro, caminaba hacia la sala de operaciones con una misión clara en mente. Las luces del edificio iluminaban su rostro decidido mientras revisaba los documentos que llevaba en la mano. Hoy sería un día crucial para desmantelar una red de tráfico de armas que había estado operando en las sombras de la ciudad.

Al llegar a la sala, Marcela se encontró con el jefe de la operación su padre, Con él estaba el equipo de agentes encargados de la misión. Marcela aunque molesta, se dirigió directamente a la pizarra donde estaban desplegados los mapas y las fotografías.

-Buenos días a todos,Hoy es el día en que desmantelaremos esta red de tráfico de armas”, -comenzó Marcela con firmeza.-

-El objetivo es asegurar la carga que tienen en camino y capturar a los líderes de la operación. No podemos permitirnos errores.

Los agentes asintieron, preparándose para la estrategia que Marcela había diseñado meticulosamente. La operación requería coordinación precisa y un enfoque sin fisuras. Marcela repasó cada detalle, desde la entrada encubierta en el almacén hasta el aseguramiento de las rutas de escape.

El plan estaba en marcha y el equipo de Marcela se movió con precisión a través de la ciudad. El almacén, ubicado en una zona industrial apartada, era el objetivo principal. Marcela, al frente del equipo, estaba en contacto constante con el centro de operaciones, recibiendo actualizaciones en tiempo real.

A medida que la noche caía, el equipo de Marcela se posicionaba en sus lugares. La tensión era palpable mientras esperaban la llegada de la carga. Cada sonido, cada movimiento en la oscuridad parecía amplificado. La paciencia era crucial, pero también lo era la alerta constante.

Finalmente, la hora llegó. Los vehículos sospechosos comenzaron a llegar al almacén, cargados con cajas que parecían estar llenas de armas. Marcela dio la señal y el equipo se movió con precisión, entrando en el almacén y tomando control de la situación. El enfrentamiento fue rápido pero intenso, con el equipo de Marcela asegurando las armas y deteniendo a los miembros de la red.

Mientras aseguraban el área, Marcela se tomó un momento para observar la escena. La operación había sido un éxito y la red de tráfico de armas había sido desmantelada. Sin embargo, sabía que este era solo un capítulo en una guerra más grande contra el crimen.

Con el amanecer asomando en el horizonte, Marcela y su equipo terminaron de registrar el almacén y prepararon todo para la transferencia de los detenidos. La misión había sido exhaustiva, pero el esfuerzo valió la pena.

Marcela se dirigió hacia el centro de operaciones, donde el equipo estaba comenzando a desglosar los detalles del operativo. Mientras revisaba los informes y las evidencias, sintió una mezcla de satisfacción y cansancio. Sabía que la lucha continuaría, pero en ese momento, había logrado algo importante.

Con el sol comenzando a iluminar la ciudad, Marcela se permitió un breve respiro, sabiendo que estaba lista para enfrentar lo que viniera a continuación. La batalla contra el crimen seguía, y ella estaba decidida a ganar cada enfrentamiento, una operación a la vez.

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Marcela

El almacén se había vuelto un campo de batalla, el silencio inicial se había transformado en un estruendoso caos. Mientras avanzábamos por los pasillos polvorientos del lugar, mi mente estaba concentrada en cada detalle del plan. La seguridad del equipo y el éxito de la misión dependían de nuestra precisión. No estábamos preparados para lo que se avecinaba.

THE PRICE OF DESIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora