THE PRICE OF DESIRE

cap 39

Viktor

El gran salón de la mansión era imponente, adornado con lujosos candelabros y cuadros que representaban batallas pasadas. Sin embargo, la atmósfera estaba cargada de tensión. Había convocado a los líderes de las mafias más poderosas de América, y sabía que esta reunión sería crucial para nuestra supervivencia. Marcela se encontraba a mi lado, su presencia era un recordatorio constante de lo que estaba en juego.

Miré a los presentes: Franco, con su aire arrogante; Catalina, firme y calculadora; Ignacio, de expresión seria; y los demás líderes que ocupaban el espacio con sus propias agendas. Sentí que todos esperaban mis palabras.

—Gracias a todos por venir —comencé, intentando proyectar confianza—. Estamos aquí porque la situación ha llegado a un punto crítico. Franco ha desestabilizado nuestras organizaciones, y no podemos permitir que siga haciéndolo.

Marcela, con su característica determinación, tomó la palabra. Su voz resonó con fuerza en el salón.

—Franco ha causado daño a cada uno de nosotros. Es hora de que dejemos de lado nuestras diferencias y unamos fuerzas para detenerlo.

Catalina frunció el ceño, su desconfianza evidente.

—Es fácil hablar de unidad, pero, ¿cómo sabemos que no nos traicionaremos en el camino?

Mi mirada se posó en ella, y decidí intervenir.

—La lealtad se construye a través de la acción, no de las palabras. Si no actuamos juntos, cada uno de nosotros caerá por separado.

Kang-Jae Hoon, el líder de la mafia coreana, se inclinó hacia adelante, evaluando la situación.

—¿Y qué exactamente planean hacer? No podemos arriesgarnos a perder más hombres.

Marcela se mostró decidida.

—Necesitamos una operación coordinada para atacar las bases de Franco. Debemos demostrarle que no estamos solos y que hemos unido nuestras fuerzas.

Ignacio Castillo frunció el ceño, dudando.

—¿Y si esto es visto como una traición? Franco no dudaría en tomar represalias.

—Si eso ocurre, entonces debemos estar listos —respondí, sintiendo que la tensión aumentaba—. Esta es una batalla por nuestra supervivencia. Si no unimos fuerzas, seremos presa fácil para Franco.

Giovanna Moratti, con su resentimiento a flor de piel, no podía evitar interrumpir.

—¿Cómo sé que no estás jugando a ambos lados? Has estado al lado de Franco durante demasiado tiempo.

El aire se volvió espeso por la sospecha, pero sabía que debía mantener la calma.

—Entiendo tus dudas, Giovanna. Pero si no nos unimos, Franco nos aplastará. Esta es nuestra oportunidad para recuperar el poder y el respeto que hemos perdido.

Jean-Luc Duval, líder de la mafia francesa, hizo una seña de aprobación.

—Si vamos a hacer esto, debemos actuar rápidamente. No podemos dejar que Franco siga en el poder.

Miré a cada uno de ellos, sintiendo el peso de la decisión.

—Entonces, ¿están todos de acuerdo? Necesitamos una estrategia, y cada uno de ustedes tiene un papel que desempeñar en esto.

Un silencio pesado llenó el salón, pero finalmente, los murmullos de asentimiento comenzaron a resonar. Sabía que la alianza no sería fácil, pero era el único camino hacia la victoria.