Viktor
No podía dejar de moverme de un lado a otro en la mansión. Cada segundo que pasaba sin saber de Marcela se sentía como una eternidad. La ansiedad me consumía, y el aire se tornaba más pesado a medida que el tiempo avanzaba. Habían pasado días desde que la vi por última vez, y la idea de que pudiera estar en peligro me hacía sentir como si estuviera perdiendo el control.
“Siempre estaré contigo”, había dicho, y ahora esas palabras resonaban en mi mente como una cruel burla. Me detuve frente a la ventana, observando cómo la noche se cerraba sobre la mansión. La oscuridad parecía tragarse todo, y con cada sombra que se movía, mi corazón se aceleraba. Busqué respuestas, un rastro que me llevara a ella, pero no había nada.
La impotencia me abrasaba. Había revisado cada rincón, cada habitación, y la desesperación comenzaba a consumir mi mente. Sentí que todo mi mundo se desmoronaba, y en un momento de debilidad, las lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas. Nunca pensé que llegaría a llorar, que permitiría que la vulnerabilidad me superara, pero aquí estaba, solo y roto.
— ¿Por qué no puedo encontrarte? —murmuré, mi voz apenas un susurro, ahogada por el dolor.
Apoyé mi cabeza contra la pared, sintiendo que la desesperación me arrastraba. La rabia y la tristeza se entrelazaban, una tormenta interna que no podía controlar. En esos momentos, me dejé caer al suelo, y la fragilidad de mi ser salió a la luz. La imagen de su sonrisa, su risa resonando en mis oídos, todo lo que había dado por sentado ahora se convirtió en un recuerdo desgarrador.
— Marcela... —dije, dejando que su nombre se escapara de mis labios como una oración—. Te necesito.
La soledad me abrumaba, y cada lágrima que caía era un recordatorio de mi incapacidad para protegerla. Ella había logrado romper las barreras que había construido a su alrededor, y sin ella, me sentía vacío, como si me hubieran arrancado el alma.
— No puedo perderte, Marcela. No puedo... —susurré al aire, sintiendo que cada palabra era un eco de mi desesperación. La noche se cernía sobre mí, oscura y fría, y la esperanza parecía un susurro distante, casi irreconocible.
En ese instante, me di cuenta de que, a pesar de todo, no podía rendirme. Tenía que encontrarla, tenía que luchar por ella. Las lágrimas siguieron fluyendo, pero en medio de esa tristeza, una chispa de determinación nació en mi interior. No permitiría que la oscuridad la atrapara. La traería de regreso, sin importar el costo
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Mientras la soledad me envolvía, el sonido de pasos resonó en el pasillo, interrumpiendo mis pensamientos. La puerta se abrió, y vi entrar a Damiano Ranevov, el ex rey de la mafia rusa y mi propio padre. Su presencia era imponente, y aunque su mirada fría y calculadora se posó sobre mí, había un atisbo de preocupación en su rostro.
— Viktor —dijo, su tono grave y directo—. Te he estado buscando.
Me enderecé, limpiando rápidamente las lágrimas de mis mejillas, aunque no pude ocultar la tormenta de emociones que aún ardía dentro de mí.
— ¿Qué quieres, papá? —respondí, tratando de mantener la voz firme a pesar de la fragilidad que sentía.
Se acercó, cruzando los brazos sobre el pecho, como si intentara contener la intensidad del momento.
— He escuchado sobre la desaparición de Marcela. Y entiendo que esto te está afectando —dijo, con una sinceridad inesperada—. La conozco desde hace años, y he llegado a apreciarla. Es una chica valiente, y se merece estar a salvo.
Su mención de Marcela, junto con la empatía en su voz, me sorprendió. En todos esos años, siempre había visto a Damiano como un hombre distante, pero ahora parecía que había algo más profundo en su conexión con ella.
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THE PRICE OF DESIRE
Romance: "El precio del deseo es una historia oscura y apasionada que explora los límites del poder, la ambición y el deseo. Una narrativa intensa y emocional que revela secretos y mentiras, y desafía las reglas y los límites." "Una historia de amor y oscu...