Marcela tortura parte 1
Había salido de la mansión con un poco de libertad, respirando un aire que no olía a conflicto ni a sangre. Sentía que después de tantos días de tensión, necesitaba algo de normalidad. Las calles estaban llenas de vida, y mientras caminaba por las tiendas, me permití disfrutar el día. Las tiendas de lujo, los escaparates brillantes, por un momento me transportaban a un mundo en el que todo era tranquilo.
Sin embargo, mientras recorría las calles, algo me hizo detenerme. Sentí una mirada fija, una presencia que no podía ignorar. Decidí apresurarme, pero antes de que pudiera darme cuenta, un grupo de hombres me interceptó. Fueron rápidos, eficientes, como sombras bien entrenadas. Intenté luchar, pero sus manos eran como garras de acero. Uno de ellos me golpeó con fuerza en el rostro, haciendo que mi vista se nublara de inmediato. El mundo a mi alrededor se volvió una espiral de dolor.
-¡No! -intenté gritar, pero mi voz apenas salió. Otro golpe, esta vez en el estómago, me dejó sin aliento. Caí de rodillas en el suelo, intentando respirar, pero la fuerza del impacto me dejó paralizada.
-Te estabas haciendo de rogar, Marcela -dijo uno de ellos con una sonrisa cruel mientras me levantaban como si fuera un saco de papas.
Sabía a quiénes pertenecían. Eran de Franco. Ese maldito había esperado su momento.
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El viaje fue una mezcla de dolor y confusión. Apenas podía mantenerme consciente. Los golpes me habían aturdido, y el frío del metal de la camioneta en la que me transportaban solo empeoraba la situación. Mis manos estaban atadas, y la cuerda me cortaba la piel con cada movimiento. Intenté concentrarme, pensar en una manera de salir de esto, pero todo lo que sentía era el dolor en mi cuerpo.
Cuando finalmente nos detuvimos, me arrastraron fuera de la camioneta y me llevaron a través de lo que parecía una mansión, aunque no podía verlo con claridad. Todo estaba borroso. Mi mente solo registraba los sonidos: puertas cerrándose, pasos resonando en el mármol, y el eco de voces lejanas. Sabía que estaba en la mansión de Franco.
Me llevaron por pasillos oscuros hasta un área subterránea. El lugar apestaba a humedad, sangre y desesperación. Abrieron una puerta de metal y me empujaron dentro sin ninguna delicadeza, golpeando mi cabeza contra el suelo de piedra. El dolor explotó nuevamente en mi cráneo, haciéndome soltar un grito ahogado.
-Bienvenida a tu nueva casa -dijo uno de los hombres con una sonrisa maliciosa antes de cerrar la puerta tras de sí.
El lugar estaba sumido en la penumbra, pero escuché unos pasos vacilantes que se acercaban. Cuando mis ojos se ajustaron a la oscuridad, los vi.
-¡Marcela! -gritó Gaby, corriendo hacia mí con lágrimas en los ojos.
Ella y Sofía estaban allí, prisioneras también. Se veía que llevaban días en ese lugar, sus rostros llenos de marcas, sus cuerpos débiles y sucios. Me ayudaron a sentarme, pero cada movimiento era una tortura.
-¿Qué te han hecho? -preguntó Sofía, su voz apenas un susurro.
-Franco... me capturaron en las calles -respondí con la voz entrecortada, intentando mantenerme firme.
Gaby me abrazó con fuerza, pero el abrazo me dolió, me recordó lo vulnerable que estábamos. Este no era solo un encierro, era un castigo. Franco no nos quería como simples prisioneras; nos quería quebrar, tanto física como mentalmente.
Antes de que pudiéramos decir más, la puerta se abrió de nuevo. Esta vez, un hombre corpulento entró, uno que claramente disfrutaba de su trabajo sucio. Sin decir una palabra, me levantó del suelo y me lanzó contra la pared. El golpe resonó en mis huesos. Intenté resistir, pero me pateó en el abdomen con una fuerza brutal. Gritar me resultaba inútil, nadie vendría a salvarme.
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THE PRICE OF DESIRE
Romance: "El precio del deseo es una historia oscura y apasionada que explora los límites del poder, la ambición y el deseo. Una narrativa intensa y emocional que revela secretos y mentiras, y desafía las reglas y los límites." "Una historia de amor y oscu...