GABRIEL
Luego de lo que pasó en la mañana, me fui furioso de allí, siempre he tenido problemas de temperamento, lo saque de mi padre, lo recordaba con una forma de ser explosiva, pero siempre parecía que incluso enojado podía medir lo que decía y lo que hacía, era alguien muy calculador, algo muy diferente a mi forma de ser impulsiva.
Pese a lo que supe después sobre mi padre nunca me sentí con el derecho de juzgarlo, porque como padre y esposo fue bueno, nadie es perfecto, él solo cometía errores, pero jamás consideré a mi padre un monstruo, sabía que siempre quiso lo mejor para mí.
Con el tiempo adquirí una forma de ser dura con todo lo que pasó, cualquier otro adolescente hubiera caído en drogas, alcohol o depresión, pero yo simplemente forjé un carácter fuerte y poco tratable si me provocaban, mi padre me contrataba maestros de artes marciales desde muy pequeño y luego mi tío hizo lo mismo, así que sabía defenderme muy bien, por lo tanto, meterse conmigo tampoco era buena idea.
Normalmente las personas piensan que todos los médicos somos tranquilos y pacíficos, pero fuera del hospital y sin la bata médica somos ciudadanos cualquiera, yo todavía entrenaba en casa o en un gimnasio. Trato de evitar la violencia, solo la uso en casos que sean estrictamente necesarios, así que ver a ese tipo que según mi chica se llama Adrián, fue el motivo perfecto para querer usarlo como saco de boxeo y poner en práctica lo aprendido en años, se atrevió a llamarla "pequeña" delante de mí y la miraba como si fuera un trozo de carne que quisiera devorar.
Sabía que así ella le dijera mil veces que se alejara, no lo haría, pude notarlo en sus ojos, sabía que ese tipo sería una molestia, mi nivel de tolerancia no era alto, pero en ese momento fue suficiente para no cometer un asesinato delante de Allison.
– Amigo debes controlarte, sé que siempre has tenido un carácter de mierda, pero un beso no te da derecho sobre ella – me habla Nicolas al teléfono.
– Ya lo sé, Nicolas, ¿crees que no lo sé? – respondo – diablos hubieras visto como la miraba, tuve que controlar las ganas de romperle la cara por mirar y hablarle de esa forma a lo que es mío.
– Ella todavía no es tuya – me contesta – amigo nunca te había visto así por una chica ¿qué te sucede Gabriel?
– No lo sé, ella es... diferente – me paso los dedos por mi cabello recostándome en mi asiento – esta chica simplemente apareció y me volví loco, no sé qué me pasa con ella amigo – le contesto ignorando su comentario, claro que es mía, Allison me pertenece y es solo cuestión de tiempo para que ella sea consciente de eso.
– Te enamoraste, puedo entenderlo, solo que jamás pensé que algo así te pasaría.
– No sé si enamorado es la palabra.
– ¿Piensas en ella todo el tiempo? ¿quieres protegerla hasta de su misma sombra? – me pregunta.
– Si – respondo tenso.
– Estás enamorado – ríe – debe ser una chica especial para haberte idiotizado así, mira que reencontrarse de esa forma luego de tantos meses y ahora tenerte así, llevándola a su trabajo para asegurarte que este bien.
– No podía dejar que corra peligro – trato de justificar todo lo que le conté, comenzando desde la primera vez que la ví.
– Nadie hace eso por alguien solo por humanidad, admite que te enamoraste.
– Apenas y la conozco.
– ¿Y eso qué? muchos andan por años y jamás llegan a conocer realmente el amor, y esto mi querido amigo, es amor, no tienen que pasar años para que lo notes, cuando conocí a Ana, lo supe y listo.
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VOLVER A VERTE
Teen FictionAllison Brown es una chica con un pasado trágico a la que la vida le prepara nuevas sorpresas, pues jamás se imaginó conocerlo a él... a Gabriel Jones, un jóven doctor; tan posesivo, adinerado y arrogante como atractivo. Entre ellos surgirá un gran...