CAPÍTULO 10

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GABRIEL

– Allison... ¿podemos hablar? – le pregunto cuando la vi salir junto a su amiga.

– ¿Estás seguro? no quisiera molestarte – me pregunta sin mirarme a los ojos.

– No me molestarías, aunque quisieras – le sonrío levemente – ¿por favor?

Lo piensa unos segundos sin dejar de mirarme antes de ceder.

– ¿Podemos pasar a dejar a Alejandra antes?

– No, vayan ustedes a donde deban ir, yo me iré con Maria y Aera por un café, no te preocupes por mi Alli – le dice Alejandra a su amiga para luego mirarme con cara de desaprobación.

Después de unos segundos se fue corriendo para alcanzar a dos chicas que iban a subiendo a un taxi.

– Bien...vamos – habla Allison poco convencida.

Manejo hasta un sitio que quizás le parecería extraño, y esperaba que no llamara a la policía sin antes explicarme.

Cuando estaciono la camioneta y le cedo la mano para que baje, ella la acepta no muy feliz, sin dejar de ver la fabulosa entrada que tenemos delante.

– ¿Un cementerio? ¿es aquí donde grito por ayuda? – bromea algo confundida y sorprendida por la hermosa entrada del lugar.

– Supongo que sabes que no te haría nada, de lo contrario no me preguntarías eso – le digo sonriendo.

– Bueno...confiaré en ti – accedemos al lugar – es un lugar muy hermoso – habla observando completamente fascinada la estructura que parece la entrada a un castillo, casi salido de un cuento de hadas.

Puedo notar como a veces tiene la costumbre de tomar el collar que siempre lleva con ella cuando anda distraída, he querido preguntarle por el, debe ser algo muy especial si jamás se lo quita.

Era uno de esos collares a los que le puedes poner fotos dentro, parecía muy viejo, seguramente tiene fotos de sus padres o algo por el estilo, así que no quería mostrarme impertinente sabiendo que es alguien de pocas palabras respecto a su pasado.

– Vengo aquí cuando ocupo pensar o despejar mi mente – le digo mientras caminamos observando las viejas, pero muy bien conservadas tumbas.

– Puedo entenderlo, es pacífico y tranquilo – responde – pero no deja de ser un cementerio así que es quizás... algo extraño, aunque me agrada, ¿solo vienes por la tranquilidad?

– ¿Qué piensas que es lo peor que te puede pasar? – le pregunto de repente luego de unos segundos. Por su expresión supe que la tomé por sorpresa.

– Mmm... ¿quizás morir? – piensa – sufrir una enfermedad, perder a alguien o ver sufrir a alguien son cosas duras, pero el fin es la muerte, si mueres no podrás ser el apoyo de nadie, no podrás intentar luchar más para sobrevivir o proteger a alguien, porque estarás muerto, no podrás llorarles a tus muertos, creo que es la muerte.

– La muerte es el fin, es verdad – contesto – pero cuando vengo aquí, tan solo ver un lugar tan bello como este repleto de tumbas, hace ver a la muerte como algo que no es tan malo – observo alrededor – para mí algo peor que morir es lamentarte – ella me mira con curiosidad – si mueres se acaba todo, ya no sufres, ya no te preocupas, descansas, nadie puede seguir lastimándote...eso es ideal para mi si me preguntas – pongo una fingida sonrisa – porque cuando te arrepientes de algo, y vives lamentándote...creo que no hay peor castigo para una persona, que no poder morir y lamentarte el resto de tu vida – digo finalmente perdiéndome en mis recuerdos por un instante.

Ella nota mi mirada perdida, y su cara expresaba aún mayor confusión, pero no me preguntó nada.

– Es verdad – habla finalmente – creo que en mi vida solo he sufrido, pero no hay algo de lo que me arrepienta, no me imagino lo difícil que sería.

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