Nos veremos muy pronto con nuevos capítulos mis apasionadas de la lectura. 🫶🏼📚
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ALLISON
– ¿Por qué el cambio tan repentino de planes? – le pregunto a Edrick ya dentro del jet yendo de regreso.
– Asuntos personales – me responde sin mirarme.
Me extraña un poco su repentino cambio de actitud, algo debería estar pasando por su mente como para tenerlo así, pero más me vale no inmiscuir en ello.
– No hubo problemas con tu padre por lo que sacaron las revistas? – pregunto luego de horas de profundo silencio.
– No – contesta toscamente – ya te dije que cuando te refieras a él conmigo, no digas esa palabra.
– Lo siento, lo olvidé – me disculpo.
Sabía que odiaba que le recordaran quién era su padre.
– Esta bien – dice sin mirarme.
Durante todo el viaje estuvo con su vista hacía la ventana o en su celular, en completo silencio hasta llegar nuevamente a New York. Aterrizamos y el chofer de Edrick me llevó a la casa de Gabriel.
– Gracias por traerme – le digo a Edrick.
– No es nada, nos vemos mañana – me responde con gesto serio y frío aun sin mantenerme la mirada mientras salgo del auto.
– Gracias – le digo al chofer de Edrick cuando muy amablemente me entregaba mi maleta.
– De nada señorita, que tenga lindo día – me contesta para luego subirse nuevamente y poner a andar el auto.
– Muy amable tu jefe por traerte – escucho la voz de Gabriel a mis espaldas.
Di un leve salto de sorpresa, ¿cómo llegó antes que yo?
– ¿Quieres matarme de un susto? – me toco el pecho.
– ¿No te parece que el trato con él excede de lo profesional? – pregunta frunciendo el ceño, mientras se acerca a tomar mi maleta y mirarme.
– No, no me lo parece, más bien tú estás exagerando todo – frunzo el ceño por su actitud – Edrick no tuvo la culpa de lo que las revistas de chismes sacaron, no podemos controlar eso.
– Sigues llamándolo Edrick – bufa molesto.
– Así se llama – respondo haciéndolo enojar más.
– No te hagas la graciosa Allison, no estoy para bromas.
– ¿Me ves riendo?
– Allison estoy siendo extremadamente paciente, creéme – contesta respirando hondo.
– Es mi jefe, ¿qué querías que hiciera? ¿que lo mandara solo de regreso cuando es mi deber regresarme con él ya que viajamos por trabajo? – pregunto exaltada.
– ¡Si, eso quería! – grita igual de alterado.
– ¿Haremos esto de nuevo Gabriel? – lo miro con mala cara – ¿debo irme de regreso a mi departamento y solicitar esa vigilancia de la policía?
– Pasa ya, y dejemos el tema – responde tratando de calmarse, puedo verlo – porque creéme que antes de que siquiera lo consideres, te amarraré a la cama, si solo así puedo estar seguro de que estarás a salvo.
– Es que escúchate por Dios, eres un tóxico – solo eso logro decir, antes de obedecerle como una tonta y comenzar a caminar hacia la mansión.
– Tú tampoco lo haces mal – habla mientras lleva mi maleta en mano y viene detrás de mí – y eso te gusta, porque si esa toxicidad no te gustará, no me obedecerías y no seguirías conmigo – me detiene del brazo y me giro para encararlo.
– Todavía puedo hacerlo – lo reto con la mirada.
Noto como poco a poco voy adquiriendo seguridad en mí misma, y eso me hace sentir orgullosa de alguna forma, y es gracias a este maldito tóxico que tengo enfrente.
– Tú y yo sabemos que eso no pasará cariño – se acerca a mi hasta acortar la poca distancia, provocando que me pierda en el mar oscuro de sus ojos – me necesitas tanto como yo a ti, eres mía.
– Te odio – hablo conteniendo una sonrisa.
¿Cómo pueden esas palabras acelerarme el corazón?, me siento suya y eso me encanta, debo visitar a un psicólogo de nuevo, creo que me hace falta.
– Déjame mostrarte cuanto me odias – se apodera de mis labios con posesión, como solo él sabe hacerlo.
Estoy dentro de algo que no quiero que termine, Gabriel y sus defectos no hacen más que sacarme de mi zona de confort, no lo quiero menos por eso, por el contrario, abrazo sus defectos y me enamoro también de ellos, ¿es esto posible? ¿es tóxico?, la respuesta es sí, pero quiero quererlo en todas sus facetas, y lo hago, no puedo controlar lo que siento por él.
Yo tampoco soy perfecta, sin embargo, él me quiere a mí, sin poner peros por cada uno de los míos, quiere a una chica defectuosa con problemas que parecen llegarle como un imán, así que solo estoy segura de una cosa, estoy completamente perdida por el Doctor Jones.
– ¿Cómo estuvo tu viaje? vi las noticias de lo que pasó ¿qué dijo Gabriel? – me pregunta Alejandra entrando en mi habitación.
– Seguro que en la empresa supieron hacer un gran espectáculo ¿no es así? – suspiro derrotada – mañana será un largo día – digo dejándome caer sobre la cama.
– Sabes cómo son – habla mi amiga tirándose a mi lado – ¿pelearon? – me pregunta refiriéndose a Gabriel.
– Ya le dije en Vancouver que todo se trata de un chisme de los medios, pero su enojo real luego de aclarar eso fue porque no me quise regresar con él y porque tuteo a mi jefe, pero...
– ¡¿Qué hizo qué?! – pregunta sorprendida interrumpiéndome – ¿Gabriel fue hasta Vancouver por ti cuando supo lo que pasó?
– Si, creí que todo estaba ya bien entre nosotros, hasta que mi jefe tocó en mi puerta y me dijo que nos teníamos que ir de emergencia y obvio al intenso de Gabriel no le pareció.
– Caray, los traes como loco – ríe la pelirroja.
– Ya estaba loco – digo riendo por lo bajo – pero estamos bien, al final lo solucionamos, solo vine a dejar mis cosas y a platicarte todo, porque me espera en su habitación
– Te quiere Allison, a nadie le gusta ver a su pareja bailando con un tipo como Edrick Davis, ¿lo has visto acaso? – me mira de reojo – además, sabes la reputación que tiene de mujeriego.
– Si, lo sé, y yo lo quiero a él, pero a veces es tan testarudo – suspiro – y en cuanto a Edrick...quizás lo juzgan mal Ale, él no es tan mal tipo.
– ¿Qué? – se levanta y me mira – ¿qué pasó en Vancouver Allison? – pregunta la pelirroja extrañada y sorprendida por mis palabras.
– Nada, es solo que convivo con él lo suficiente como para darme cuenta de eso.
– ¿Segura que solo se trata de eso? – pregunta levantado una ceja.
– Si, ahora quiero descansar – me pongo de pie – iré con el tóxico.
– Ya deberías llevar tus cosas a su habitación, siempre duermen juntos – sonríe divertida.
– Creo que eso es mucha invasión a su privacidad – contesto encogiéndome de hombros.
– Que pareja tan extraña son.
– Lo sé – sonrío ligeramente.
Mañana tendría que enfrentarme a ser la comidilla de la empresa, casi quería pedir permiso para faltar, pero eso solo empeoraría los chismes, solo debo ignorarlo, después de todo solo eran eso, chismes.
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VOLVER A VERTE
Teen FictionAllison Brown es una chica con un pasado trágico a la que la vida le prepara nuevas sorpresas, pues jamás se imaginó conocerlo a él... a Gabriel Jones, un jóven doctor; tan posesivo, adinerado y arrogante como atractivo. Entre ellos surgirá un gran...