Capítulo 20: Técnica y Testarudez

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El sonido de los patines cortando el hielo resonaba en la pista mientras Irina completaba un giro con velocidad y precisión, o al menos, eso pensaba ella. Klara, estando de pie cerca de ella, observaba en silencio durante unos segundos antes de soltar un suspiro.

—¿Eso es lo que llamas un buen giro? —preguntó Klara, cruzándose de brazos—. Porque desde aquí parece que estás más cerca de romperte un tobillo que de perfeccionar la técnica.

Irina frenó bruscamente, girándose hacia Klara con el ceño fruncido.

—Mi giro estuvo bien. ¿Acaso estás ciega? —respondió, visiblemente molesta—. He estado perfeccionando esta técnica durante años como para que vengas a decir que está mal solo con verla una vez.

Klara alzó una ceja, claramente poco impresionada, mientras sus ojos seguían la figura de Irina en el hielo.

—¿Perfeccionando? —repitió—. Si esto es tu versión de 'perfección', ya entiendo por qué la NASA no te ha contratado para hacer giros orbitales.

Irina, cada vez más irritada, volvió a girar con fuerza, demostrando su movimiento con un exceso de teatralidad.

—Mira. Perfecto, otra vez. —Afirmó, patinando de regreso hacia Klara.

Klara la observó en silencio por un momento, luego frunció los labios como si estuviera evaluando seriamente lo que había visto.

—Sí, claro... perfecto. Si por "perfecto" te refieres a girar como una lavadora desequilibrada, entonces, sin duda, lo es.

El rostro de Irina enrojeció de la frustración mientras miraba fijamente a Klara.

—¡No soy una lavadora! —respondió Irina, haciendo una breve pausa antes de lanzar otra mirada fulminante a Klara—. ¡Deberías ser más objetiva en lugar de atacarme con tus bromas estúpidas!

—¿Ser mas objetivo? Llevo toda la mañana siendo objetiva pero sigues teniendo esa estúpida actitud de que estas haciendo todo bien. ¿Quieres que sea mas objetiva? Perfecto, objetivamente hablando, ese giro necesita menos... eh... cómo decirlo... menos parecer que te vas a caer en cualquier momento.

Irina respiraba con dificultad, claramente irritada mientras apretaba los puños. Dio un paso hacia Klara, patinando en su dirección de manera desafiante.

—¿Sabes qué? —dijo, acercándose lo suficiente para encararla—. No necesito tus comentarios sarcásticos.

Klara, sin inmutarse, la miró con una ceja alzada, como si hubiera esperado esa respuesta desde el principio.

—Oh, no es sarcasmo, princesa. Solo un comentario honesto... con un toque de realidad. Pero si prefieres seguir patinando como si estuvieras huyendo de un oso, adelante, no seré yo quien te detenga.

Irina bufó, frustrada, y patinó con fuerza hacia el centro de la pista, lanzándole a Klara una última mirada llena de furia antes de retomar su rutina.

Klara observó a Irina por unos segundos, negando con su cabeza, antes de acercarse a Ethan, quien miraba desde detrás de la barrera, con una sonrisa contenida en su rostro, claramente disfrutando del espectáculo que ambas le ofrecían.

—Qué tipa tan terca —exclamó Klara mientras se apoyaba contra la barrera, dirigiendo una mirada rápida a Ethan—. ¿Realmente era así yo también?

Ethan no pudo evitar soltar una ligera risa antes de asentir.

—Creo que eras peor, según palabras de papá —respondió Ethan, levantando un poco los hombros—. Pero, lo que me sorprende es que sigues aquí. Pensé que habías hecho un trato con Irina, algo sobre irte si no hacía lo que le decías.

Orgullo de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora