Capítulo 1: Desafíos al Amanecer

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El sol apenas había comenzado a salir cuando Irina abrió los ojos. La luz matutina se filtraba a través de las cortinas, iluminando su habitación en un suave resplandor. Se estiró lentamente, sintiendo la rigidez en sus músculos tras la intensa competencia del día anterior, y se sentó en el borde de la cama, frotando con suavidad sus ojos aún pesados por el sueño. No había dormido del todo bien, y la sensación de cansancio continuaba a pesar de haber despertado.

Irina bajó la mirada y observó sus piernas durante unos segundos antes de frotarlas con ambas manos, tratando de aliviar el dolor en sus músculos. La tensión era normal después de los últimos días, que habían sido especialmente intensos para ella. Había entrenado sin darse un descanso, empujando su cuerpo al límite en su esfuerzo por perfeccionar cada movimiento.

Sin perder ni un minuto más en su cama, Irina se levantó y se dirigió al baño. Tras lavarse los dientes, se metió de inmediato a la ducha y dejó que el agua caliente recorriera su cuerpo durante unos minutos, masajeando con suavidad aquellos músculos en los que más dolor sentía. Si bien muchos patinadores se tomaban dos o tres días de descanso, Irina siempre sentía que no debía perder el tiempo. Su mente siempre estaba enfocada en el patinaje, razón por la cual incluso nunca había tenido amigos ni pareja. Cualquier cosa que fuese una distracción, ella no la aceptaba.

Después de la ducha, se vistió con ropa deportiva: una camiseta de compresión, leggings ajustados y sus zapatillas de running favoritas. Luego, se preparó un desayuno ligero pero nutritivo: un tazón de avena con frutas frescas y un batido de proteínas.

Mientras desayunaba en silencio, su mente estaba en el entrenamiento del día, planificando cada detalle. Miró su celular para estar atenta a cualquier novedad y su vista se detuvo en una noticia en particular. En ella se mostraba una foto del día anterior, donde se mostraba a su entrenadora sujetándola a ella del brazo, con el título: "¿Irina nuevamente perderá otro entrenador?".

El artículo no solo hablaba de su reciente victoria y la discusión con su entrenadora, sino también mencionaba a la patinadora "Gisela Ehrhardt" que había desaparecido años atrás tras sufrir una lesión que terminó con su carrera. La nota sugería parecidos preocupantes entre la actitud temeraria de Irina y la de aquella patinadora, insinuando que Irina podría estar encaminándose hacia un destino similar.

Irina resopló al leer las comparaciones. "Qué estupidez," pensó, dejando el celular a un lado. Si bien esto le molestaba, no iba a permitir que esa noticia la distrajera. Terminó su desayuno lo antes posible y se colocó sus auriculares inalámbricos. Salió a la calle, donde el aire fresco de la mañana la recibió haciendo que tomara aire profundamente mientras se dibujaba una pequeña sonrisa en su rostro.

Comenzó a correr por su ruta habitual, un recorrido que la llevaba a través de un parque cercano, donde los árboles altos comenzaban a despojarse de sus hojas, creando un manto crujiente bajo sus pies. Con los auriculares puestos, escuchando su estación de radio favorita, cuyos sonidos y voces la acompañaban mientras avanzaba por el sendero.

De repente, la música se interrumpió para dar un breve informe del clima: "Temperatura actual en San Petersburgo, cuatro grados bajo cero. Nos acercamos al invierno, y el aire fresco del otoño ya nos da una idea de lo que nos espera." La noticia le trajo una sensación de frío anticipado, recordándole que el invierno estaba a la vuelta de la esquina.

Mientras corría, sentía cómo sus músculos se relajaban y su mente se despejaba. La disciplina de su rutina matutina era lo que le daba estabilidad y enfoque. Repasaba mentalmente los movimientos y técnicas que necesitaba perfeccionar para los próximos campeonatos.

Después de una hora de correr, se detuvo en una zona tranquila del parque y comenzó a estirarse, perdiéndose en sus pensamientos por unos segundos. A pesar de sus esfuerzos por ignorar la noticia que había leído mientras desayunaba, esta seguía regresando a su mente, molestándola bastante. No era la primera vez que la comparaban con aquella patinadora, y esa constante comparación la irritaba más de lo que quería admitir.

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